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miércoles 9 de octubre de 2024
lunes 21 de agosto de 2023
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Luisa González, la candidata del correísmo que ganó la primera vuelta y busca ser presidenta del Ecuador

Obtuvo el 33,3% de los votos y enfrentará en la segunda vuelta al empresario Daniel Noboa. González ocupó varios cargos durante la presidencia de Rafael Correa, a quien piensa nombrar como asesor. Se define como "una mujer revolucionaria de la paz". Su cercanía con la iglesia católica y su posición sobre el aborto.

Tras la fallida presidencia de Lenin Moreno –quien gobernó entre 2017 y 2021 burlando su pasado como dirigente de Revolución Ciudadana, fuerza fundada por Rafael Correa– y el caótico gobierno del banquero Guillermo Lasso –quien finalizará su mandato de forma anticipada–; una mujer llega como favorita a la segunda vuelta electoral por primera vez en la historia de Ecuador. Luisa González, candidata de Revolución Ciudadana, obtuvo este domingo el 33,3% de los votos y buscará ser también la primera presidenta del país. «Ecuador requiere paz, trabajo, seguridad, que volvamos a ser libres», celebró anoche y llamó a ecuatorianos y ecuatorianas a volver a unirse.

González, quien pocas semanas atrás mostraba una intención de voto de apenas 5%, surgió como la candidata más votada en una primera vuelta electoral cruzada por la violencia con los asesinatos del candidato presidencial Fernando Villavicencio y el dirigente correísta Pedro Briones. «Una mujer revolucionaria de la paz», así se definió la abogada y candidata de Revolución Ciudadana, nacida en Quito el 22 de noviembre de 1977. La candidata ya anunció que, si llega al Palacio de Carondelet –como se conoce la casa de gobierno en Ecuador–, tendrá al ex presidente Rafael Correa como asesor.

En la fórmula la escolta el economista Andrés Arauz, perdedor en segunda vuelta frente a Lasso en 2021, pero dueño de algo más de 32% en la primera vuelta hace dos años. González retuvo hoy ese voto duro. Para la segunda vuelta, y para entrar en la historia, deberá sumar a otros sectores. Ese segundo turno, el rival será Daniel Noboa, hijo de Álvaro Noboa, dueño de un conglomerado familiar de más 100 empresas que monopoliza el mercado en el sector alimenticio, transporte e inmobiliario. A pesar de su posición privilegiada y de que su padre fue cinco veces candidato presidencial, el joven que irá al ballottage por la fuerza Acción Democrática Nacional (ADN) habló de que encarna «un nuevo proyecto» y de ser una amenaza al «establishment político».

En las elecciones de 2021, cuando el banquero Lasso ganó la presidencia, González fue electa asambleísta por la provincia de Manabí para el periodo 2021-2025. Su banca quedó disuelta el 17 de mayo al igual que toda la Asamblea Nacional, cuando el presidente utilizó el mencanismo constitucional de «muerte cruzada» para anular el Congreso y convocar a elecciones anticipadas. La decisión de Lasso ocurrió en medio de un segundo juicio político por malversación de fondos y luego de perder un plebiscito de reforma de la constitución y las elecciones provinciales frente al correísmo.

La carrera política de Luisa González
La favorita para la segunda vuelta del 15 de octubre es una abogada con maestría en Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid, y ocupó varios cargos durante la presidencia de Correa, entre ellos, la jefatura del Ministerio de Trabajo. Hasta 2007, militó en el Partido Social Cristiano (PSC), pero con la llegada a la presidencia de Correa, Luisa se transformó en una de las dirigentes más cercanas al entonces mandatario.

En 2021 ganó una banca como legisladora como candidato de Unión por la Esperanza, la alianza que hegemonizaba el movimiento de Revolución Ciudadana. Esa fue su último cargo público para dar el salto a la candidatura presidencial, para la que fue elegida en la interna del correismo el 10 de junio, luego de que el ex vicepresidente Jorge Glas rechazara la postulación. Glas permaneció cinco años detenido por una causa que desde el correísmo denuncian como parte de lawfare que avanzó sobre los representantes del progesismo latinoamericano de principio de siglo, entre ellos, el presidente de Brasil, Lula Da Silva, y la vicepresidenta argentina Cristina Kirchner.

«Vamos a tomar al toro por los cuernos y vamos a enfrentar las causas generadoras de la violencia y de la delincuencia, como lo son el hambre, la pobreza, la falta de educación, la ausencia de oportunidades», aseguró González aquel 10 de junio en su acto de postulación en la localidad de Portoviejo, capital de Manabí, cuna de la candidata y bastión del correísmo.

Religión y aborto
Madre de dos hijas, fanática del ciclismo, González se negó a usar chaleco antibalas durante la campaña, tras el crimen de Villavicencio. «Tengo fe en Dios; él es quien nos protege», confió. Quizás es ese catolicismo el que la lleva también a oponerse al aborto, una cuestión en la que la postulante no ve contradicciones aún desde un espacio progesista como el de Revolución Ciudadana. «Nadie ha dicho que ser feminista o progresista es estar a favor del aborto», consideró.

«Durante su carrera, ha trabajado incansablemente para mejorar las condiciones de vida de su comunidad y fomentar la participación ciudadana en la toma de decisiones políticas», se describe la candidata en el perfil oficial colgado en la página de la disuelta Asamblea Nacional.

González comenzó ayer su día como lo hace habitualmente: un rezo, un llamado a su madre y un café sin azúcar. Luego fue a votar, sin chaleco antibalas, y escribió en sus redes: «Hoy está en juego el cambio urgente hacia un futuro de dignidad, seguridad, obras y oportunidades. ¡Falta poco para el resurgir de la Patria». El 15 de octubre se verá si será la encargada de reconstruir ese resurgir.