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Nota escrita por: Guillermo Luciano
martes 3 de octubre de 2023
martes 3 de octubre de 2023
DAVICO: algunos miembros de la clase política se ‘autoperciben’ fuera del alcance de la justicia
La novela de la postulación del intendente de Pueblo Belgrano a una tercera gestión, esta vez en el municipio colindante, Gualeguaychú, sigue acumulando capítulos que deberían registrarse en el relato de picaresca, esta vez política, que ha dado tanto que cortar en la literatura vernácula (con perdón de la palabra). Yendo al inicio de la historia: la postulación del susodicho fue un invento de otro creador de fábulas, Rogelio Frigerio, -el hombre sin pasado-, gracias a la blindada protección que recibe de la prensa nacional, que controla su padrino político en las sombras, Héctor Magneto. Es probable que la inquina de Frigerio, en primer lugar, contra el radicalismo y luego contra los grupetes de macristas de la primera hora surgidos en la provincia, sea un resabio de su pasado en el peronismo menemista. O vaya a saber porque, en todo caso no nos quita el sueño develar la incógnita, solo observar sus efectos.
Guillermo Luciano

El más destacable es el rechazo profundo que siente y se le nota, por todo lo que sea referido al partido de las boinas blancas de la provincia de todos los verdes, a quienes viene desairando, abiertamente en algunos casos y sutilmente, en otros, en su impostada identidad de ‘novel político entrerriano’.

Seguramente, por aquello de que los cantores se buscan por la tonada, cuando comenzó sus andanzas locales, se identificó inmediatamente con el intendente e Pueblo Belgrano, el músico tropical devenido político, probablemente porque este, con su falta de sustento partidario provincial, le permitía soñar en crear una identidad propia, fuera de las viejas que dan soporte a la alianza que lo lleva como candidato a la gobernación. Y más allá de esto, es innegable que los une un sentido de la picaresca criolla que revelan cuando comparten sonrisas cómplices en sus andanzas en los estrados.

Finalmente lo terminó imponiendo, (y hay que decirlo), desairando y humillando al radicalismo y al PRO de la ciudad, donde capitanejos locales se sentían con derecho natural a ocupar la postulación a suceder a Piaggio. Algo que le creo resentimientos que seguramente esperarán en latencia hasta encontrar la oportunidad de expresarse. Lo cierto es que Frigerio jugó muy fuerte con la billetera a favor de su pollo, diseñando una costosa campaña de promoción que hasta ahora no registraba antecedentes locales, y logró, a fuerza de presencia mediática y eventos político-musicales que se impusiera en las PASO.

Pero las leyes son las leyes y su candidatura a todas luces contrariaba preceptos constitucionales, lo que dio lugar a que fueran presentadas las pertinentes impugnaciones que finalmente dieron lugar al fallo de La Junta Electoral de Gualeguaychú, que hizo lugar a las cuatro impugnaciones presentadas contra la candidatura a intendente de Mauricio Davico y no oficializó su postulación. Aunque inmediatamente recibió la solidaridad de su mentor, en su aventura ilegal, Rogelio Frigerio, que manifestó su oposición a la decisión judicial. Resolución unánime del juez electoral Héctor Vasallo, la fiscal Martina Cedrés y el defensor Pablo Ledezma quienes dictaminaron “admitir las impugnaciones vertidas por Liliana Salinas, Pía Lombardo, Leonardo Posadas, Gladys Casenave y Ubaldo Alberto Albornoz por lo que no se oficializa la candidatura del Sr. Mauricio German Davico a la presidencia municipal de Gualeguaychú».

Iniciando a partir de ahí un periplo político ilegal, al menos hasta que se resuelva la apelación pendiente de resolución que presentaron a los tribunales de alzada. Aunque es previsible que por la evidente ilegalidad de la postulación del cumbianchero, ajusten su fallo al tomado por la Junta Electoral local.

Pero tanto Frigerio, como Davico se autoperciben como ‘fuera de los alcances de la justicia’, algo propio de cierta clase política acrecentada en los últimos años en que supimos tener un presidente de la nación sobre el que están pendientes más de doscientas causas criminales, lo que no le impidió no solo gobernar, sino también usurpar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y ponerla en función de su impunidad, sus negocios y, porque no decirlo de sus ‘necesidades’ políticas.

La falta de respeto de Davico por los dictados de la justicia, no solo provincial, sino también la nacional se puede comprobar en su permanente desprecio por los dictados y resoluciones que condenan a los especuladores inmobiliarios que destruyeron el humedal que amortiguaba las crecientes que periódicamente afectan el casco urbano de la ciudad, conocido como: “el caso Aamarras”. Y podríamos seguir, pero son temas demasiado conocidos.

Pero en los hechos la manifiesta ‘autopercepción’ de estar más allá de la justicia la sigue expresando por estos días en los que Davico continúa en campaña en abierto desafío (y van…) a las disposiciones judiciales

Y no solo eso, acaban de impedir que se produzca el debate de las propuestas de los candidatos a intendentes, manifestando una vez más su desapego a los dictados judiciales, aunque es presumible, que este bloqueo a la discusión democrática les favorezca en tanto y en cuanto es muy poco lo que tienen para exhibir en su oferta a una hipotética futura gestión municipal.

Gualeguaychú se quedará sin conocer cual es la propuesta de la alianza frigerista, algo que hubiera sido más que interesante a la luz de los antecedentes de los postulantes. Pero como dicen los litoraleños: ‘asinomae’, en estos tiempos en los que cierta dirigencia ha inaugurado el irrespeto a las leyes y a la Constitución como práctica habitual.

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