Quien sucederá a Capitanich en la casa de gobierno, Leandro Zdero, si bien es un completo desconocido a nivel nacional, localmente tiene una larga trayectoria vinculada a uno de los mayores escándalos de corrupción de la provincia, dado que fue jefe de Gabinete de la ex intendenta radical de la capital de la provincia, durante el macrismo, Aída Ayala, procesada por corrupción y lavado de dinero cuando fue intendenta de Resistencia. Probados delitos que determinaron que la justicia local ordenara su encarcelamiento, del que zafó porque sus correligionarios le habilitaron una banca como diputada para exonerarla del cumplimiento de la pena.
El otro detalle que nos revela el perfil político de Zdero es su proclamada identificación con Gustavo Valdés, el gobernador de la vecina Corrientes, Una provincia que viene siendo gobernada por una coalición liderada por el radicalismo local, una sub especie de los herederos del centenario partido ligados a sus sectores más conservadores, que viene siendo imputada desde la gestión del ex gobernador Ricardo Colombi, hoy procesado por enriquecimiento ilícito y peculado, de manejos turbios con bienes públicos, e incluso de connivencia con el tráfico de drogas, que transitan por el territorio correntino hacia el resto del país y el exterior, facilitado por su extensa frontera con el Paraguay, el mayor productor de marihuana del planeta.
En lo que respecta al programa de gobierno que ofrece Zdero, poco y nada se sabe porque no ha hablado de esto en su campaña electoral, salvo generalidades como anunciar que ‘reducirá el gasto público’ una cantinela que lo identifica con las propuestas, no solo de Patricia Bullrich, sino también con las de Milei. A lo que debemos sumar los antecedentes que dejó en su paso por el ANSES durante el macrismo: en que fue jefe regional Nordeste en la Administración Nacional de la Seguridad Social. Su gestión fue criticada por propios y extraños: “Zdero fue el mayor ajustador que pasó por ANSES. Dejó 2.746 chaqueñas y chaqueños sin pensiones”, dijeron los observadores de su paso por el organismo.
También ha manifestado, sumándose a las amenazas que profiere su referente nacional, Patricia Bullrich, que reprimirá las manifestaciones populares en la vía pública.
Por estos antecedentes se puede anticipar que su gestión será fronteriza con las irregularidades administrativas y los delitos que se imputaron a su mentora, Aída Ayala, y por su enfrentamiento que se anticipa tendrá con las organizaciones populares y pueblos originarios de la provincia.
Enorme factura que deja Capitanich, el responsable de haberle regalado la elección al radicalismo con sus manejos divisionistas del peronismo en un momento crucial para los argentinos que estamos en las vísperas de una elección nacional que podría marcar una hora dramática para nuestro futuro.
