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Concordia
domingo 13 de octubre de 2024
miércoles 14 de junio de 2023
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La negociación puertas adentro en el cierre de alianzas y el sello que puede cambiar

Este miércoles a medianoche vencerá el plazo para la presentación de alianzas y en el peronismo corren versiones de todo tipo sobre las negociaciones que se están llevando a cabo contrarreloj en extremo hermetismo. Además de la alianza partidaria, se tendrá que presentar el reglamento donde se establecerá cómo se conformará la junta electoral, los pisos y los requisitos para los avales. También tendrán que definir el sello con el que la alianza competirá, que muy posiblemente deje de ser el Frente de Todos.

El formoseño Gildo Insfran, presidente del Congreso del PJ, estuvo este martes en suelo porteño recorriendo varios de los despachos oficiales para ultimar detalles. Entre ellos, visitó a Aníbal Fernández, que trabaja para la campaña de Daniel Scioli. En el Senado también hubo reuniones y corrió el rumor que una de ellas fue entre la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, el ministro de Economía Sergio Massa y el ministro del Interior –y uno de los presidenciables– Eduardo «Wado» de Pedro. Desde esos sectores no confirmaron el encuentro y aclararon que todavía no definieron quién será el candidato. Más allá de eso, crecen las presiones de todos los espacios para que el candidato sea de unidad. Además de la carta de 13 gobernadores, este martes se sumó al pedido la CGT: «Cuando el peronismo fue unido ganó las elecciones», expresaron.

El reglamento que se presentará a última hora deberá establecer las reglas para una posible competencia en las PASO, además de las alianzas, por más que después, a último momento, la política defina que no se hagan. El marco regulatorio tiene que quedar asentado. Allí se establecerán cuáles son las condiciones para presentar una lista y cómo se van a desarrollar las PASO para después, el 24 de junio, presentar finalmente los nombres de los que competirán y sus avales. También deberá presentarse el nombre de la alianza y los partidos que la integran.

Las discusiones giran en torno a varias cuestiones. Por un lado alrededor del piso. Máximo Kirchner, líder de La Cámpora, había dejado trascender que su idea era que el piso sea de 40. «Eso es mucho», dicen desde el otro sector vinculado al Presidente y a Scioli, que pedía un piso de 10 o 15, pero que, sin embargo, se conformarían con que termine siendo de 25 o 30. Por estas horas el acuerdo sería de 30. Para la integración, además, no se utilizaría el sistema D’ Hont, como querían en Casa Rosada, sino un sistema de mayorías y minorías. Si el perdedor pasa el piso de 30 podría comenzar a intercalar sus diputados desde el puesto once y, si logra llegar a los 40, obtendría una distribución mejor. «Los que están preocupados por el piso son los que saben que van a perder», arengaban desde los partidos identificados con la vice y Massa.

Otro problema podría surgir con los avales. En el reglamento del Frente de Todos que se presentó en 2019 estaba explicitado que los avales a las candidaturas nacionales debían integrarse hasta un 50 por ciento por afiliados al Partido Justicialista y los restantes debían ser al menos de un 20 por ciento de afiliados al resto de los Partidos que integran el Frente. En este caso, estarían trabajando para que los avales de ese 20 por ciento esta vez tengan que ser los siguientes partidos, en importancia después del PJ, es decir: el Frente Renovador, el Frente Grande, el Partido de la Victoria, Nuevo Encuentro y Kolina. Todos espacios que difícilmente presten sus avales a la lista de Scioli.

La idea del kirchnerismo y el massismo es desalentar las PASO. Si el piso es alto, por ejemplo, no será alentador participar sobre todo para aquellos que en los distintos distritos acompañarían a Scioli. «No es tramposo porque si querés ser el candidato del espacio te tienen que avalar todos los partidos que lo conforman», argumentaban ante este diario quienes estaban formando parte de las negociaciones y aclaraban que «será un reglamento exigente y habrá un endurecimiento de los requisitos, pero no será tramposo». Al elevar los pisos también se hará menos atractiva la distribución posterior de los puestos.

«Hay que ser exigentes porque las PASO no pueden ser un festival en el que se presente cualquiera. Como mucho tiene que haber dos fórmulas y ser lo más limitado posible», reforzaban.

Otro de los requisitos, en línea con lo que ya había adelantado Máximo Kirchner, será la presentación de listas propias en todas las categorías. Los precandidatos a legisladores nacionales, por ejemplo, solo podrían autorizar la adhesión a una sola lista de gobernador. «No van a poder engancharse a ambas listas, van a tener que elegir una. El que va por fuera del armado de Cristina y Massa no podrá colgarse a la boleta de Axel –si él es el candidato a gobernador–. Todo el mundo se la va a tener que jugar», subrayaban desde ese sector.

Desde espacios que se identifican con la vice explican que «los nombres de los candidatos aún no están, pero políticamente se seguirá buscando que no haya PASO. El reglamento será para desalentarlas, no promoverlas. Si con Wado se puede ganar, quedará Axel en Provincia. Si no tendrá que ir Massa o Axel a la presidencia y a provincia Wado o Máximo, que tiene el apellido Kirchner», expresaban. Se especuló también con que, en ese caso, Malena Galmarini podría llegar a ser candidata a vicegobernadora, pero ella iría por la intendencia de Tigre. Cecilia Moreau, es otro miembro del FR que suena para ese puesto, pero para ello habría que desplazar a Verónica Magario y, por ende, a la Matanza del control del senado provincial. Está todo por verse.

En el sciolismo, mientras tanto, confían que el escenario será de PASO y destacan que, nadie les complicará la presentación de su lista porque «hay temor de que pase lo que pasó con Florencio Randazzo. Nadie es distraído ni quiere pegarse un tiro en los pies, antes de generar una fuga por fuera, es preferible que haya una interna. Si un sector va por fuera vamos a perder todos», dicen en esa terminal oficialista y aclaran que el deseo de ellos «no es romper todo», pero sí competir. «Si volvemos a ser un gobierno de coalición, esta vez tiene que quedar en claro cuántos votos tiene cada uno», repiten.

Fuente: Pagina 12