«Nosotros tuvimos la concesión del hotel, allá por el año 2000. Una concesión en la que mis padres toman una concesión de tres personas» recordó. Además mencionó que la primera pareja de pavos reales se la regalaron a su padre y luego vino la descendencia: son los especímenes que se los ve a menudo dar vueltas por los alrededores del establecimiento.
«Cuando lo tomamos, se les compró todos los sommiers nuevo, se dejó parte de la guita que después fue para el pozo (de agua), toda la vajilla era la vajilla de la empresa que quedó ahí», expresó.
De hecho, recordó que muchos de los empleados actuales, como Alfredo Bogado, encargado del área de mantenimiento, habían sido contratados antes por la empresa gastronómica y luego quedaron en el hotel. «Ellos vienen y plantean la posibilidad de una ayuda. Yo no los puedo ayudar en nada porque además es un tema del sindicato con la firma», expresó.
«En ese momento, el hotel ya estaba destruido. Cuando lo tomamos estaba muy mal. El tema es explotar las concesiones hasta que las cosas que no son privadas 100 por 100 no es algo nuevo sino que viene de larga data», expresó Lapiduz a Radio Ciudadana (FM 89,7).
Por ello, sostuvo que es importante que se los tenga en cuenta a los concesionarios locales en cuanto a la posible solución que le encuentre al establecimiento. «Concordia es una ciudad que tiene experiencia en algunos empresarios o paracaidistas y, cuando algo ya no es negocio, lógicamente lo abandonan a su suerte para que alguien lo rescate», alertó.
Lapiduz recordó que hace mas de 10 años, cuando Walter Kleiman era titular del CCISC (Centro de Industria y Comercio de Concordia) se les preguntaba a los precandidatos a intendente sobre el Hotel Ayuí y el Lago. Pero en las respuestas, los postulantes esquivaban las consultas. «De ese tema no sabemos, hay que ver porque se lo tiran municipio a provincia y provincia a municipio, provincia a Nación y entonces se van tirando la bola».
Más adelante, sostuvo que quien tome la concesión, necesita un periodo de gracia ya que se necesita hacer una inversión importante. Y cree que habrá ningún privado que lo tome son ese requisito. «Faltan los cielorrasos, se han robado los porta-focos, está muy pero muy deteriorado», dijo. «No andaban los aires acondicionados, faltaba la vajilla: el hotel estaba devastado», indicó.
El ex precandidato a intendente se manifestó a favor un llamado a licitación publica y por un plazo extenso, aproximadamente de 30 años, que le permita al concesionario realizar una inversión importante.
Lapiduz dijo que no sabe como el director del Diario «El Sol» Luis Mazurier quedó al frente de Balace SRL, la empresa concesionaria del Hotel ya que no hubo una licitación pública.
De la misma forma, remarcó que en su momento se planteó construir otras 40 habitaciones ya que las 42 existentes son pocas para que sea un poco más rentable.
Hugo
La flia Lapiduz ha demostrado con creces que conocen muy bien el rubro gastronómico, prueba de ello es que se han destacado por la calidad de sus servicios. Me parece que hay que darle una oportunidad para que ese lugar, tan lindo, brille nuevamente y le dé a nuestra ciudad un hotel de categoría. Si le sumamos Mayim y El Ayui, Concordia tendría dos hoteles cinco estrellas, algo imprescindible para darle a la ciudad el impulso turístico que necesita
Roberto Carlos.
Lo tuyo es Sandro, no pierdas tiempo.
Sergio
Lo que no dice que Balace son Bacigalupe, Lapiduz y Cegobia o sea Lapiduz pretende el hotel y es uno de los responsables del abandono y adeuda salarios a los trabajadores del hotel y mira para otro lado, además de ser un seco. Esto es todo una cortina de humo para promocionarse. Y si Lapiduz no sabe quién le dio la consecion a Mazurier fue el ex gobernador Urribarri. Osea que Frigerio por estos tiempos amigo de Lapiduz es quien le podría dar la concesion.
Fede Zorraqueen
Se dijo. Así es. Perfecto. Chinvenguemcha reciclados.
Patricio
Lo que habla Lapiduz sobre la concesión que Su padre era parte es a media verdad.
Debería reconocer qie justamente con Balace comenzó la decadencia.
En ese momento la concesión era un pingüe negocio, donde CTM entregaba la energía gratis al hotel, las palmeras y punta viracho, y a ese beneficio se le sumaba las habitaciones por las que CTM pagaba a la concesión, se usaran o no se usaran, con ello afrontaban los gastos de personal.
Si les pagan por habitaciones (las suites del extremo norte), no les cobran la energía y hasta el mantenimiento de bosques y corte de pasto le hacían gratis. Así cualquiera es un concesionario exitoso.