Reflexiones sobre la trágica parodia de ayer en el Congreso Nacional
1: Aunque sé que esto que voy a afirmar puede enojar incluso a muchos compatriotas que con justa razón esperan de nosotros una fuerte entrega en la defensa de los intereses de la sociedad, quiero felicitar a los senadores y diputados que con sensatez, responsabilidad y entereza soportaron la catarata de agravios, insultos y mentiras con los que Milei pretendió provocar una reacción extemporánea o violenta. Eso hubiera significado caer en su trampa, que consistía en que se dejaran las bancas vacías o se le respondiera con iguales insultos para desprestigiar definitivamente al Parlamento. Cuando advirtió que sus groserías y atropellos no le daban resultado, llegó incluso a utilizar un lenguaje gestual para alcanzar la reacción que no llegaba. Milei se equivoca de medio a medio si cree que nos va a amedrentar o vamos a dejar las bancas vacías. Todo lo contrario. Van a estar más llenas que nunca, porque a partir del inicio del Período ordinario de sesiones recuperamos plenamente nuestras facultades y, particularmente, la de legislar. Y lo vamos a hacer de inmediato, por ejemplo, con el Proyecto de restablecer el Fondo Nacional de Incentivo docente o promoviendo la actualización de las partidas presupuestarias con ajuste por inflación destinadas a las Universidades Nacionales para evitar su clausura, que es lo que está buscando el Gobierno. Nuestra tarea será darle gobernabilidad, no al Gobierno, sino a la sociedad, justamente para que se pueda proteger de todas las agresiones que sufre precisamente del Gobierno, que está practicando un ajuste brutal e innecesario.
2: El discurso de Milei solo estuvo dirigido a darle títulos y contenido a su ejército de trolls. No hubo una sola referencia a las preocupaciones y a la realidad cotidiana que vive cada uno de los argentinos. No habló de un plan de desarrollo productivo, no hizo ninguna referencia a la recomposición de los ingresos, no se refirió a la educación, salvo para denostarla como un supuesto ámbito de adoctrinamiento, haciendo gala de una enorme ignorancia. Tampoco se refirió a los sectores productivos. La palabra industria, comercio o producciones regionales brillaron por su ausencia en su extensa perorata. Tuvo cero empatía, exhibiendo una profunda deshumanización, con los enfermos que se han quedado sin medicamentos ni atención de salud, con aquellos que han perdido, y ya son cientos de miles desde que el asumió, su trabajo en la actividad privada o pública. Los argentinos de carne y hueso están fuera de su radar.
3: Manipuló descaradamente datos y cifras incomprobables. Dijo que la derogación de la Ley de Alquileres produjo una mayor oferta y que esta circunstancia impacta en una reducción del monto de los mismos. Eso es solo una alucinación de su mente. Aludió al tema de los comedores comunitarios para decir que se están auditando. Pero mientras tanto, no están recibiendo ni un kilo de mercadería cuando, precisamente, las colas se hacen cada vez mas extensas porque se ven engrosadas, día a día, por aquellos que caen en aluvión en niveles de pobreza. Pobreza a la que hizo referencia admitiendo que ha alcanzado un 60% de la población pero obviando reconocer que, en poco mas de 30 días de su gestión, su Gobierno la incrementó en un 14%.
4: En alguno de sus adelantos, que oscilaron entre slogans superficiales e iniciativas inconstitucionales, se destaca la proposición de una Ley para encarcelar a funcionarios que en el futuro promuevan la emisión de moneda con el objeto de atender el déficit fiscal, llegando al desatino de comparar este supuesto delito con los delitos de lesa humanidad. En realidad, si la ley penal tuviera efectos retroactivos (que no los tiene) de materializarse esta idea el primero que iría preso es su Ministro de Economía, Luis Caputo. En todo caso sería más congruente penar a quienes endeudan en moneda extranjera al país hipotecando su futuro. Pero eso a Milei ni se le ocurre porque él quiere ponerle un freno a la emisión en pesos pero pretende no ponerle un freno a la emisión de deuda en dólares.
5: Hay que reconocer que Milei ayer hizo lo que no hizo ningún otro presidente de la democracia. Practicó sobre los gobernadores y el Parlamento una extorsión a cielo abierto. Reiteró que si no le votan la Ley de Bases, más conocida como la ley ómnibus, va a llevar al pueblo de las provincias a situaciones de extrema miseria, en un círculo paradójico, porque si se vota el contenido de esa Ley de Bases también llevara al pueblo de la Nación a una extrema miseria y a perder la soberanía. Milei sabe que en los próximos meses el ajuste tendrá efectos aun más devastadores para todos los sectores sociales pero particularmente para la denominada clase media. Y quiere subir a los gobernadores al barco del ajuste para transformarlos en corresponsables de sus efectos.
Por último, este programa de gobierno que de aquí en más compartirá con el macrismo (no podía ser de otra manera) pretende que sea adoptado y sostenido en el tiempo a través de un supuesto pacto cuyo contenido Milei elaboró unilateralmente para transformarlo en un acuerdo de adhesión o, lisa y llanamente, en una imposición. No solo de alguno de los 10 puntos propuestos surge que se trata de un programa ultraliberal. Sino que además repite recetas ya fracasadas, que en los mismos términos trataron de llevar a la práctica, en el pasado, Martínez de Hoz y Cavallo. Algunos sostienen que se trata de una versión moderna del llamado Consenso de Washington, y otros afirmamos que es el nuevo Estatuto del Coloniaje.
Pero más grave que lo que propone es lo que no dice, porque revela claramente cuáles son los intereses que representa el Gobierno de Milei. No incluye debatir el problema nodal de la economía argentina, que además, paradójicamente, es el que más influye en el problema del déficit. Me refiero a la Deuda Externa. Mucho menos aun abre a la discusión de un supuesto consenso el interrogante sin respuesta del por qué privatizar empresas estratégicas del Estado que además, en algunos casos, son superavitarias. Por supuesto que ese Pacto excluye que el Congreso Nacional o sea, la sociedad, mantenga en sus manos la facultad de discutir endeudamiento en moneda extranjera y bajo jurisdicción extranjera o que cualquier nuevo préstamo solo pueda ser viable si contempla la reducción de la deuda o la disminución de los intereses y la eliminación de sobretasas.
Es mucho más lo que puede decirse sobre esa propuesta apoyada como dijimos en recetas fracasadas y retrógradas. Vuelve a reaparecer el negocio de las AFJP y todo se corona con una extorsión a las provincias para que cedan los recursos naturales a los grupos económicos transnacionales que en su discurso de Davos Milei calificó como “los nuevos héroes del Capitalismo”, en una clara referencia a Fondos de Inversión ( Buitres) como resultan ser el que capitanea Elon Musk, Blackrock, Vanguard o Templeton, que en esta nueva fase del desarrollo capitalista mantienen la hegemonía sobre un vasto sector de la economía internacional. Milei inició su derrotero diciendo que debíamos retornar a una etapa previa del “populismo” que había iniciado la gestión de Hipólito Yrigoyen. Más adelante nos empujó un poco más atrás y nos dijo que el objetivo era estacionarnos en la Constitución de 1853. Últimamente acentuó el retroceso arrojándonos a una etapa preconstitucional como fue la confrontación entre unitarios y federales que hoy se ha reinstalado en nuestra vida institucional.
El remate de este largo camino hacia atrás es depositarnos en tiempos coloniales. Quienes firmen ese Pacto de Mayo en las condiciones que propone Milei deben saber que en el dilema Patria o Colonia están aceptando ser Colonia.