El gobernador Rolando Figueroa obedeció la orden de las petroleras: terminar con el reclamo de las comunidades mapuche por sus personerías jurídicas. El fiscal jefe Pablo Vignaroli y el fiscal Diego Azcárate dieron la orden, y la Policía de Neuquén la ejecutó. Ellos son los responsables de la brutal represión.
No dudaron en ejercer violencia física y emocional, apremios ilegales, detenciones arbitrarias y actos discriminatorios hacia niños, niñas y adolescentes que acompañaban a sus familias en Casa de Gobierno.
“Esta violencia extrema desde el Ejecutivo provincial debe ser investigada y abordada como una grave violación a toda la normativa provincial, nacional y marcos internacionales que protegen los derechos de les niñes y adolescentes”, exigieron las profesionales de los equipos interdisciplinarios de las Defensorías de los Derechos del Niño y Adolescente de la ciudad de Neuquén.
“Adolescentes de 14 y 15 años, niños y niñas que se encontraban con sus familias fueron blanco del ataque de estos funcionarios de las petroleras. Es un salto en el avasallamiento a los derechos de niños, niñas y adolescentes en la provincia”, repudió Julieta Katcoff, trabajadora social del Servicio de Maltrato Infantil del hospital Castro Rendón y concejala del Frente de Izquierda Unidad.
Mónica Belli, pediatra e integrante del Foro en Defensa de las Infancias y Adolescencias de Neuquén, participó de la búsqueda de Melián Antu Pilquiñam. “Lo agarraron, lo golpearon y lo llevaron a la comisaría del menor. Fue gravísimo porque los chicos tienen derecho a participar, a peticionar. La violencia fue absolutamente desmedida incluso para los adultos, pero no deberían haber ni tocado a los chicos. Sabían que era un adolescente porque él lo dijo, y ya lo habían golpeado. Le golpearon la cara, le pisaron las manos, tenía golpes en el cuerpo cuando él dijo que tenía 14 años. Pero se burlaron de él”.
“Vi que le querían pegar a mi abuela, empujé a un policía, se levantó, otro me pegó con un palo en la cabeza, yo me quería escapar, me pegaron un escopetazo en la cara, me tiraron al piso se me nubló la vista, eran como cinco, me pegaban patadas”, dijo Melián Antu Pilquiñam a ANRed y La Izquierda Diario el domingo.
“Ligué los golpes que le iban a dar a mi abuela” dijo el chico de 14 años, estudiante secundario en el CPEM 48 de Villa Ceferino. La violencia fue también verbal: “Le digo soy menor, y me decían que no sea maricón ya estás en el piso, que no sea puto, que me la tenía que bancar, no me dejaron de pegar hasta que en la camioneta de la policía, donde estaba mi tío les dijo que la corte, no me pegaran más”.
“No vamos a permitir que se reprima, golpee y discrimine a nuestros estudiantes y ningún otro miembro de la comunidad mapuche”, se solidarizaron las docentes el Cpem 48, escuela de Melian.
Las infancias y adolescencias mapuche, sujetos en la defensa de sus derechos
Las infancias y adolescencias mapuche no son espectadoras pasivas del conflicto ni meras víctimas de la represión estatal. Participan desde muy chicos en las ceremonias, el cuidado del territorio y la transmisión del mapuzungun. Su presencia en los reclamos por la personería jurídica o la defensa del territorio no es improvisada ni casual. Son parte activa de la vida comunitaria, son sujetos en la defensa de sus territorios, de su cultura y sus derechos. Cuando el Estado reprime a niñeces y adolescencias mapuche, no solo viola derechos de los niños, niñas y adolescentes, sino que agrede el tejido cultural de un pueblo entero.
Newen, un adolescente mapuche que acompañaba a su mamá, fue salvajemente golpeado y terminó internado en el hospital Castro Rendón con una costilla fisurada.
Elizabeth Dumigual es su mamá. Camina por los pasillos del hospital. Espera que atiendan a su hijo. Flor Peralta, una trabajadora del hospital que estaba de guardia y se acercó a solidarizarse y preguntarle por Newen.
“Hace cinco noches, seis días, que estábamos en la gobernación reclamando nuestra identidad, nuestra personería jurídica. Veníamos pidiéndola pacíficamente, todos tranquilos, sin agresión, sin nada. Solamente se tomó la decisión de estar encadenados en la gobernación. Solamente faltaba la firma del gobernador Rolando Figueroa”, cuenta Elízabeth .
“Había niñas, niños, bebés, ancianos, ancianas, jóvenes. Todos golpeados. Ninguno levantó una piedra. Ninguno dijo nada. Llegaron y reprimieron”. Hace una pausa, respira y sigue: “Mi nene de 15 años fue golpeado. Tiene una inflamación en su costilla izquierda. Por suerte no pasó a mayores y no llegaron a quebrarlo”.
“Nos golpearon con odio. Tiraron nuestras cosas. Soltaron a los animales, no se que pasó con nuestros animales porque estoy en el hospital -piensa y sigue- tiraban balas, fue tremendo”.
“Fue una brutal represión hacia nuestros niños, hacia las mujeres. No les importó si había niños, si había adultos mayores. Fueron contra todo, golpeando de forma muy violenta a muchas mujeres”, dice Unelen Cayul, kimeltuchefe del lof Newen Mapu, que volvió este lunes a Casa de Gobierno, rodeada de solidaridad, para repudiar la represión.
“A dos niños menores de edad los golpearon, a uno por suerte no le llegaron a fracturar la costilla, pero quedó muy golpeado con su costilla muy delicada, mientras que a otro lo detuvieron entre varios policías. Los llevaron detenidos y los golpearon muchísimo en toda la parte de su cuerpo, cuello, cabeza. Y son menores de edad”, exclama con bronca acumulada.
“Este gobierno nos ha venido negando los derechos de tener nuestras personerías jurídicas, nos ha negado el derecho de poder desarrollarnos libremente en nuestro territorio, dejándolo todo contaminado con las petroleras, con la basura que nos meten en nuestros campos. No podemos desarrollar nuestra soberanía alimentaria en esos espacios porque nuestros animales se nos mueren”, dice Unelen mientras alza en brazos a un niño, Mijañamku.
La educadora también advierte sobre los sismos inducidos por el fracking y la contaminación que están generando las petroleras. “Vamos a seguir defendiendo más que nunca lo que es la reserva de agua del Mari Menuco, donde quieren instalar 529 pozos petroleros. No vamos a parar. Estamos más fortalecidos que nunca y más unidos con todas las otras organizaciones sociales, porque esta no es una lucha nuestra, es una lucha de todo el pueblo”, concluye.
La feroz represión a las comunidades mapuche, la violencia ejercida contra mujeres, niñas, niños y adolescentes mapuches, el desprecio y la brutalidad fue un mensaje de gobernador Rolando Figueroa hacia quienes se atreven a cuestionar el modelo extractivista al servicio de las ganancias millonarias de las multinacionales petroleras que saquean, contaminan y niegan los derechos ancestrales de pueblos originarios.
Pero las comunidades, la clase trabajadora, la juventud, esas mujeres que intentaron proteger a sus hijas e hijos, que defienden sus derechos, sus territorios, no se rinden. Resisten con una fuerza colectiva que surge desde las bases. Este jueves a las 17 horas hay una primera cita de honor para romper, en las calles, el plan de ajuste y represión del gobierno de las petroleras. Pero tenemos que organizarnos desde abajo, para romper la pasividad que imponen las conducciones sindicales e imponer un plan de lucha provincial contra este régimen de las petroleras, el saqueo y la represión.
Fuente: La izquierda diario