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viernes 13 de diciembre de 2024
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Director: Claudio Gastaldi
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Nota escrita por: Federico Odorisio
lunes 9 de septiembre de 2024
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La historia oculta de la biblioteca popular Olegario Víctor Andrade: De cuna cultural a patrimonio en decadencia

La Biblioteca Olegario Víctor Andrade de Concordia es más que una simple construcción centenaria: es testigo de los vaivenes históricos, políticos y culturales de la ciudad. Con una historia que remonta a los esfuerzos de figuras como Sarmiento y Avellaneda, la biblioteca ha vivido épocas de esplendor y crisis. Hoy, casi olvidada y con denuncias por irregularidades, su legado se desvanece entre las sombras de la modernidad. Un sector de la comunidad, encabezado por el doctor Germán Margaritini, subsecretario de Salud del municipio, ha iniciado una petición para su reapertura. La histórica institución, fundada en 1872 por el mismo Andrade, alberga ejemplares únicos sobre la historia local y su cierre no solo afecta el acceso al conocimiento, sino que también pone en riesgo el edificio debido a construcciones linderas. Hasta el momento se han conseguido más de 23 mil firmas.

En pleno centro de Concordia, casi escondida entre edificios modernos, se erige una de las construcciones más antiguas y significativas de la ciudad: la Biblioteca Olegario Víctor Andrade. Ubicada en la calle 1º de Mayo, a metros de la Plaza 25 de Mayo, su fachada de revoque símil piedra parece un eco del pasado. La construcción, un proyecto del arquitecto Gabriel Dulín, autor del Palacio Arruabarrena, se inauguró oficialmente recién en 1931.

Su ornamentación alegórica en relieve representa la música, la literatura, el comercio y la industria, pero pasa casi desapercibida entre las dos torres modernas y majestuosas que la rodean, una sombra de la cultura local por un devenir marcado por el entusiasmo de sus primeros impulsores, y la indiferencia y olvido de sus herederos.

Los primeros intentos de fundar la biblioteca datan de 1872, la Comisión Protectora de las Bibliotecas Populares, creada por ley nacional del 23 de septiembre de 1870, siendo Presidente de la República Domingo Faustino Sarmiento y Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública Nicolás Avellaneda, envió a Entre Ríos en 1872, al Dr. Onésimo Leguizamón, para que creara bibliotecas populares y de esa forma contribuir a combatir el analfabetismo, verdadero flagelo de la sociedad por aquellos años.

El Dr. Onésimo Leguizamón, una vez en «La Concordia» (como se conocía a esta ciudad en el siglo diecinueve), se vinculó, por expresa indicación del Presidente Sarmiento, con Olegario Víctor Andrade. Aquel encuentro desembocó en la creación de la “Sociedad Mann” (llamada así en homenaje al pedagogo y escritor Horace Mann, conocido por su trabajó por la reforma de la enseñanza escolar), cuyo objetivo era instalar una biblioteca popular, pero el proyecto, pese a los esfuerzos, no sobrevivió a la falta de apoyo ciudadano. Andrade, en cambio, continuó con la prédica: educar al soberano para extirpar el analfabetismo.

No sería hasta la visita del presidente Sarmiento en 1874 que el sueño de la biblioteca volvería a tomar fuerza. Con el impulso presidencial y el apoyo de figuras nacionales como Nicolás Avellaneda, la biblioteca fue finalmente inaugurada en el Liceo Recreativo, en un acto que Avellaneda presidió. La sociedad concordiense parecía comprometida con la causa de la educación popular. Sin embargo, la historia de la biblioteca fue un constante sube y baja.

La persistencia del sueño cultural

Con el paso de los años, la biblioteca atravesó varios obstáculos. La fusión de entidades culturales y sociales, como el Casino Progreso y el Liceo Recreativo, permitió que la Biblioteca Popular sobreviviera, aunque a duras penas. La «Sociedad La Unión», surgida de esa fusión, logró mantener viva la colección de libros, que llegó a tener más de 3.000 volúmenes en una ciudad de apenas 8.000 habitantes.

No obstante, las crisis económicas y la falta de interés fueron erosionando su relevancia. Para 1880, los libros de la biblioteca yacían abandonados en la Municipalidad, casi olvidados. Sería la «Sociedad Educacionista Popular», fundada en 1891, la encargada de rescatarla de las ruinas. Gracias a las gestiones del profesor Avellino Herrera, el Concejo Deliberante decidió transferir la administración de la biblioteca a esta entidad. A partir de entonces, el florecimiento de la ciudad y el creciente interés por la educación permitieron soñar con un edificio propio.

En 1905, la Legislatura de Entre Ríos aprobó la cesión de un terreno para la construcción del edificio definitivo. Sin embargo, no fue hasta 1931 que la obra, diseñada por el arquitecto Gabriel Dulín, se concretó. La Biblioteca Olegario Víctor Andrade se erigió como un faro cultural para la ciudad.

 El «libro negro» de la biblioteca 

El esplendor de la biblioteca no duró para siempre. En la actualidad, la institución funciona apenas unas pocas horas a la semana, prácticamente cerrada al público. Pero lo que más ha indignado a los vecinos es la sombra de irregularidades que rodea su administración. En 2014, una denuncia llegó a sede judicial: algunos ciudadanos habían sido impedidos de asociarse a la biblioteca, sin explicaciones claras.

La misma denuncia destapó un supuesto negociado en torno al terreno de la biblioteca, ubicado en la esquina de 1º de Mayo e Hipólito Yrigoyen, donde hoy se levanta el edificio Panorama XXI. La acusación señalaba que los responsables de la biblioteca habrían firmado un contrato con un consorcio para construir un edificio de diez pisos en parte de las tierras de la biblioteca, por una cifra muy por debajo de su valor real. Un contradocumento que fue dado a conocer plantó la sospecha que la venta fue ficticia y que a cambio, los administradores habrían recibido una unidad funcional en el nuevo edificio.

«En la escritura se dice que en ese momento se abona $ 150.000 por el terreno y que se extienden los recibos correspondientes firmados por el secretario y el tesorero delante de la escribana. Lo notable es que ese mismo día, se realiza un contra documento donde en su apartado 3, dice “que dicha venta es simulada y que la misma obedece a razones particulares de las partes”. En el apartado 4 dice claramente que “el Sr. Juan Carlos Corrá en ese acto, no recibió del Sr. Juan Andrés Dotti la suma de $ 150 mil en concepto de precio, ni suma alguna, ni prestación de ningún carácter”. En el apart. 5, se señala que “el Sr Dotti al no haber entregado suma alguna por dicho concepto, se obliga a entregarle a la vendedora una unidad funcional de lo que resulte de la construcción edilicia a realizarse como consecuencia de la constitución del fideicomiso, consorcio inmobiliario o figura jurídica análoga que se utilice para tal fin. Un detalle que vale ser destacado es que, en ningún lado se indica que “esta unidad funcional” pasará a conformar el patrimonio de la Biblioteca. Se puede suponer, claro, pero no lo dice textualmente, también otra cosa.»

Una investigación, hecha por el fiscal Fabio Zabaleta, no pudo determinar si hubo delito. Sin embargo, la sospecha dejó una mancha en la reputación de una de las instituciones más antiguas de Concordia, y el malestar en parte la comunidad persiste.

La venta de un terreno de la Biblioteca V. Andrade, destapa el fenómeno de los fondos fiduciarios

Hoy, la Biblioteca Olegario Víctor Andrade, aquella que nació del entusiasmo de Sarmiento, Andrade y Avellaneda, parece condenada al olvido. Atrapada entre la indiferencia de los concordienses y la modernización de la ciudad, su futuro es incierto. Las puertas de la biblioteca permanecen cerradas la mayor parte del tiempo, y su valioso patrimonio se deteriora en silencio. La pregunta que resuena entre los vecinos es si la biblioteca podrá ser rescatada, o si será, como tantas otras joyas culturales, una víctima más de la desidia.

En 2022, el doctor Margaritini daba a conocer esta carta que narraba sus peripecias para lograr asociarse a la biblioteca:

«LOS HECHOS

A principios de marzo de 2022 presenté la solicitud para ingresar como socio a la Biblioteca Olegario V. Andrade. Lo hice luego de concurrir varias oportunidades al edificio hasta encontrarlo abierto. Se tuvieron que dar dos condiciones para que pueda hacerme del formulario de solicitud: que el edificio estuviese abierto y que el Sr. Gabriel Armúa, presidente de la biblioteca, estuviese presente. En ese entonces atendía al público el Sr. Gustavo Martínez, ahora fallecido, quien no tenía a disposición dichos formularios. Una vez que la hube confeccionado se la entregué al Sr. Martínez en el edificio de la Biblioteca, siendo para eso necesario presentarme varias veces más hasta encontrarla abierta.
En varias oportunidades me comuniqué vía mensajes de texto por WA o telefónicamente con el Sr. Armúa para enterarme del avance de mi solicitud. En todas me respondió que la comisión no había logrado reunirse, motivo por el que no se trataba mi ingreso.
Ante la falta de respuesta y viendo que la biblioteca estaba permanentemente cerrada, el 10 de agosto de 2022 inicié una campaña pública para obtener adhesiones a la Biblioteca, la que tuvo una amplia difusión por el interés demostrado por los ciudadanos de Concordia, preocupados ante la eventual pérdida de la biblioteca más antigua de la ciudad y dentro del inventario de bienes patrimoniales de la municipalidad.
A esta convocatoria se sumaron más de 20.000 firmas y gran cantidad de personas ofreciendo su colaboración en tareas de organización y puesta en valor. Puede consultarse en https://www.change.org/PorLaBiblioteca.
Seguí insistiendo para averiguar sobre el tratamiento de mi solicitud ante el Sr. Armúa y tratando se me oriente sobre cómo conducirme con tanta gente dispuesta a colaborar, todas las veces con respuestas dilatorias.
A principios del mes de diciembre de 2022 recibí un llamado telefónica de una señora, quien se presentó con el apellido Pezzelatto, manifestando ser Secretaria de la Biblioteca y que le había sido encomendada desde la comisión directiva la tarea de informarme que mi solicitud había sido rechazada. Consultada sobre el motivo de tal rechazo me dijo que esa cuestión era de reserva de la comisión y no estaba autorizada a dármela. Le solicité que ese informe me fuera dado en forma escrita a lo que obtuve por respuesta una negativa.
Tengo conocimiento que otras personas han presentado solicitud, muchas de ellas aún no respondidas y algunas rechazadas.

SE DAN CIRCUNSTANCIAS QUE HACEN PELIGRAR EL FUTURO DE LA BIBLIOTECA
• Tal como he podido saber la CD no está pudiendo reunirse en forma periódica y eso dificulta la toma de decisiones.
• El cierre permanente del edificio, con todos los deterioros que tiene, hace muy comprometido el resguardo del mismo como BIEN PATRIMONIAL DE LA CIUDAD. ¿CONVOCAMOS A LA MUNICIPALIDAD?
• El interés demostrado por la comunidad no tiene la reciprocidad de los responsables del futuro de la institución.
• La falta de previsión de alguna metodología para recepcionar solicitudes de personas que desean incorporarse como socios ponen en riesgo más aún el futuro de la institución.
• La falta de continuidad en la función administrativa seguramente pondrá en riesgo a la regularidad de la personería jurídica.
• El rechazo de mi solicitud en particular pone en evidencia un claro propósito discriminatorio, encubierto en la negativa a dar una explicación de los motivos, tanto en forma verbal como documental.
• El rechazo de otras solicitudes habla de una discrecionalidad para incorporar miembros a la sociedad, vaya a saberse siguiendo cuáles criterios.»

En este contexto, la petición iniciada por el doctor Germán Margaritini, que llama a firmar, hacerse socio y difundir la situación, se convierte en una herramienta para movilizar voluntades en pos de la reapertura y conservación de este valioso patrimonio. Aun cuando la biblioteca sigue cerrada, la posibilidad de rescatarla está en manos de la comunidad.

 

https://www.change.org/p/hay-que-rescatar-a-la-biblioteca-popular-andrade-de-concordia-conabip?utm_source=share_petition&utm_medium=custom_url&recruited_by_id=25f38ae0-bf41-11ec-9e6d-bd2ad174eaf4

https://www.change.org/p/hay-que-rescatar-a-la-biblioteca-popular-andrade-de-concordia-conabip

 

Fuente: Con la colaboración de Claudia García, productora de Radio Ciudadana 89.7Mhz, la radio pública de Concordia.

 

  • Va a volver a ser del pueblo y van a pagar los que se hicieron los bol… Durante todo este tiempo

  • Verdadero tesoro histórico dentro de sus muros!!! ¿Que planes guardan para esta histórica biblioteca?

    Una verdadera joya oculta a los ojos de las personas en general que lleva serradas sus puertas por décadas a los aficionados de novelas como tantos estudiante de historia porque hoy necesitan documentación confiable ya que los sitios web juegan información que no es del todo muy confiable, por ello es este edificio Olegario Victor Andrade tan nuestro y a la vez tan caro a los canadienses que allí sigue esperando dormido que alguien lo saque del letargo y el abandono ya que sus libros están para ofrecer riqueza intelectual y conocimiento. Hoy está biblioteca solo acumula polvo en sus estantes y parece que la indiferencia puede más que la voluntad de quienes hoy tienen el deber de volver a darle vida útil para una sociedad que espera verdaderos cambios y no está dispuesta a ser parte del olvido ni tampoco dejar que este edificio de venga abajo..

  • president¨s daughter

    Unos de los departamentos del edificio de a lado es dueño/a la hija de alguien conocido de todo esta Biblioteca, averiguen

    • Que tanto misterio, sino das el nombre ni opines por favor. Con tibios así no vamos a ningún lado como sociedad

  • Los nombres que aparecen como tantos más de esta ciudad que no pasan por fiscalía ni a salud y es por esa gente que estamos donde estamos. Sres Fiscales solo están para agarrar a morochos de los barrios. Es indignante de verdad !!!!

  • DOTTI, MONDOLO, CORRÁ.
    LINDA GENTE, HAY Q VER XQ SE VENDIÓ TAN BARATO (EN PAPELES) ESA ESQUINA

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