Los siete jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) en Brasilia retoman este jueves el juicio para determinar si incurrió en «abuso de poder y uso indebido de medios de comunicación» por exponer ante 40 embajadores su infundada teoría contra la fiabilidad de las urnas electrónicas, tres meses de antes de las elecciones que terminó perdiendo ante el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
El juez instructor del caso votó el martes a favor de su inhabilitación porque, según él, «no es posible cerrar los ojos ante los efectos antidemocráticos de discursos violentos y de mentiras» sobre el sistema electoral.
Y muchas quinielas, incluso la del exmandatario, apuestan a que el voto de la mayoría de jueces irá por esa senda. Sin embargo, el expresidente no irá a prisión porque el juicio no es de ámbito penal.
Pero esta es solo una de las más de 20 causas que Bolsonaro, cuyo mandato (2019-2022) estuvo plagado de polémicas y excentricidades, tiene abiertas por un variado abanico de acusaciones.
Los ataques en Brasilia
El exmandatario, de 68 años, tiene por lo menos cinco procesos abiertos en el Supremo Tribunal Federal (STF), que podrían tener consecuencias penales o de restricción de derechos para él.
El más relevante es el que le investiga por su presunta incitación a los ataques que sus seguidores radicales, descontentos con la victoria de Lula, perpetraron contra las sedes de los poderes en Brasilia el pasado 8 de enero.
El juez Alexandre de Moraes decidió incluirle en la megacausa abierta por un mensaje colgado días antes por el exmandatario que cuestionaba la fiabilidad de las urnas.
Su teoría sobre el sistema de voto le valió otros dos procesos en el STF: uno que investiga los ataques por las redes a las urnas por parte de las milicias digitales supuestamente surgidas en el entorno del exmandatario., y otro por filtrar documentos reservados de una investigación de la Policía Federal (PF) sobre una conexión que hizo el exmandatario en sus redes sociales, cuestionando sin pruebas el sistema de voto electrónico.
Las joyas de Arabia Saudita
Los otros dos casos son por supuestamente interferir en la PF para obstaculizar investigaciones contra su familia y por asociar, también sin pruebas, la vacuna contra coronavirus al riesgo de contraer sida. Ambos probablemente quedarán archivados.
Además, la Policía le investiga por un caso el caso de las valiosas joyas que le regaló Arabia Saudita cuando era presidente y de las que, contrariamente a lo que establece la ley con los regalos a los presidentes, intentó apropiarse indebidamente sin incorporarlas al patrimonio del Estado. Parte de ellas fueron interceptadas en la aduana cuando sus colaboradores intentaban ingresarlas sin declarar.
En la justicia común, tiene otras causas. Una de ellas es por un hecho anterior a su mandato, cuando en 2014, en sus años de diputado, dijo ante las cámaras que la diputada Maria do Rosário, del Partido de los Trabajadores (PT), de Lula, no merecía ser violada porque era «muy fea».
Debido a esas declaraciones, está siendo procesado por «incitación a la violación» y por injuria.
Pero es en la justicia electoral donde tiene más procesos, 16. Todos ellos pueden acarrearle consecuencias, pero únicamente en cuanto a sus derechos como político.
Además de la que los jueces votarán este jueves, informó el portal de noticias internacional actualidad.rt.com, figuran sobre todo causas abiertas por hechos ocurridos en la pasada campaña.
Entre otras, por hacer conexiones en directo de cariz electoral desde sedes del gobierno, conceder nuevos subsidios en época de campaña o «crear un ecosistema de desinformación» en las redes, que partiría de su entorno contra Lula.