BUSCANDO LAS RAICES DE SU PERSONALIDAD
Arnaldo Rascovsky el extraordinario pediatra y psicoanalista argentino. El que inauguró en nuestro país; y desarrolló con mayor profundidad y lucidez, el tema de las relaciones filiales, iluminó durante su paso por esta vida, los oscuros conflictos y las consecuencias de los rincones más oscuros de la mente y los vínculos filiales en la historia de los seres humanos. Su legado nos ayuda a acercarnos al entendimiento de la personalidad del siniestro.
Una vez, finalizada la dictadura genocida de 1976, cuando la sociedad se tuvo que ir haciendo cargo, a medida que se iban revelando al ciudadano común, de los horrores y los tormentos inenarrables conque las fuerzas de seguridad sometían a sus víctimas, fue consultado en un programa de TV, acerca de cómo funcionaba la mente de un torturador, de aquellos individuos que eran capaz de someter a otro ser humano, a los martirios más atroces, sin sentir ninguna empatía ni conexión emocional con su víctima.
El fundador de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA)., brindo entonces una lección inolvidable para quienes presenciábamos el programa, explicando que el amor no era una condición intrínseca de todos los seres humanos. Que era una destreza emocional que se adquiría en los primeros tramos de la vida. Desde el feto materno y durante los primeros años de la infancia. Concluyendo que quien no era amado cuando niño era incapaz de amar, jamás en su vida. Y que, esa invalidez emocional hacía que pudiera infligir los mayore tormentos a sus víctimas y luego volver a su casa a sus rutinas hogareñas, sin el menor remordimiento.
Como es el caso del torturador Jorge Olivera[i], condenado a tres cadenas perpetuas, pero que por nuestra infame in justicia, las cumple en su mansión, en la que días pasados dio una gran fiesta, por su aniversario matrimonial. Evento en el que se permitió contar con la presencia de Palito Ortega, como animador. El mismo Olivera que se ufanaba entre sus subordinados cuando violaba primero a la modelo Jeane Marie Erize. Para luego sortear -juegos de cartas mediante-, quienes lo sucederían, entre sus subordinados, en la infame faena.
El dolor que están provocando hoy, en millones.
Esos son los antecedentes psicológicos de estos perversos, y eso explica que en este momento puedan estar saqueando las reservas económicas del Estado, fugándolas a los paraísos fiscales donde acumulan fortunas que jamás gastarán, que nada significarán para ellos y quienes puedan circunstancialmente rodearlos. Sin importarles el dolor efectivo y brutal que están provocando en este momento sobre los argentinos
Millones de compatriotas (literal) se han sumado en el último par de meses a las legiones de subalimentados, de quienes que pasan hambre, en la tierra que más alimentos per cápita genera en el presente. Casi diez millones de jubilados, pensionados y beneficiarios de planes sociales han perdido desde diciembre, el 50% de sus miserables asignaciones. Centenares de miles de enfermos y discapacitados han visto mutilar sus posibilidades de soportar sus dolencias y eventualmente de acceder a las medicaciones que alivien sus padecimientos. La extrema crueldad de dejar los comedores populares sin alimentos.
De la extrema perversidad de colonizar la mente de sus víctimas, a quienes convence a través de sus formadores de opinión, que en realidad son los culpables del déficit fiscal, que quieren resolver con el dolor de millones, cuando los verdaderos responsables son ellos, que no pagan impuestos y evaden sus dineros mal habidos, con una banca dirigida por miserables que los entrenan en las mil y una estrategias para fugarlos.
Un país, en el que a diferencia de todos los países desarrollados del planeta (donde se pagan impuestos en un porcentaje de, promedio, el 44% de sus Productos Internos Brutos), mientras que aquí no llegan ni al 30%. Y la diferencia no esta en los sumergidos y la cada vez más raleada clase media, que no puede evadir el impuesto a los pobres por excelencia: el IVA, porque ellos lo cobran cuando les atienden los consumos en los que agotan sus magros ingresos. Pero los poderosos que han tomado por asalto la suma del poder público, los que tendrían que pagar impuestos a sus ganancias, los evaden con sus ardides contables y la complicidad de una justicia, miserable y cagona, que jamás de lo jamaces, ha puesto preso a ningún evasor, como mandan las leyes de nuestro país. Solo persiguen a quiosqueros fundidos y a cuentapropistas y pymes desesperados por sobrevivir al sunami brutal, que esta comenzando a llegar a nuestras playas.