LA ACUSACION
De acuerdo a la cartera que conduce Patricia Bullrich, “el aprehendido sería operador y testaferro de otro fugitivo, de nacionalidad italiana, que presumiblemente sería el principal miembro de la estructura delictiva. Se sospecha que el argentino creó compañías en múltiples jurisdicciones, en varias de las cuales figura como dueño, director y tesorero, para ejecutar actividades de trading, fletamiento, compra de buques tanqueros e identificaciones falsas, con la finalidad de materializar los robos de las cargas de crudo y posterior comercialización fraudulenta en provecho propio”.
En ese marco, fue imputado junto a otros cuatro operadores internacionales. Está acusado del delito “tráfico ilícito de material estratégico, legitimación de capitales y contrabando agravado”.
El rastreo del paradero fue realizado por la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones luego de haber accedido a las bases de datos de organismos privados y públicos. Además, para la pesquisa se utilizaron los sistemas informáticos de la Organización Internacional de Policía Criminal-INTERPOL y se navegó en las redes sociales, detalló.
Desde el Ministerio de Seguridad confirmaron que el aprehendido fue puesto a disposición del Juzgado Federal de Primera Instancia de Concordia, a cargo de la Dra. Analía Ramponi, quien será la encargada de gestionar el proceso de extradición.
BREVE RESEÑA
Bonelli, hijo de un conocido jugador de rugby del Paraná Rowing Club fallecido, “Coco” Bonelli, trabaja en el campo y su especialidad son los caballos. Hace casi una década, por intermedio de un tercero, consiguió trabajar para un empresario italiano que tiene un equipo de polo en Inglaterra, como petisero. Regresó hace unos años a Chajarí y siguió con su vida. Hasta el pasado 21 de marzo cuando efectivos de la Policía Federal Argentina entraron a su casa y lo detuvieron.
El caso conocido como “PDVSA Cripto” se trata de una presunta estafa de miles de millones de dólares relacionados con el contrabando de exportación de petróleo venezolano, por parte de una organización liderada por dos empresarios italianos multimillonarios, a través de varias empresas fantasmas. El mecanismo para el robo de hidrocarburos es complejo.
Uno de ellos es Erik Roveta, de 47 años, señalado como líder de la red criminal internacional. Lo acompañaba Alessandro Bazzoni, quien había reemplazado al colombiano Alex Saab en la venta ilegal del petróleo venezolano en todo el mundo. Junto a su esposa Siri Evjemo-Nysveen, lideraba PDVSA.
Bazzoni es propietario del equipo de polo Monterosso, un privilegiado competidor en la prestigiosa Copa de la Reina de Inglaterra, un evento que atrae a la “alta sociedad”, a la realeza y a magnates europeos, según relatan las crónicas sobre el caso.
A partir de esta actividad, Bazzoni se relacionó con Bonelli en 2015, un joven petisero de Chajarí que cuidaba y entrenaba caballos de polo. A través de un tercero pudo hacer el contacto que le abrió puertas que nunca imaginó: viajó a Europa y trabajó en la elite de este deporte.
El año pasado, el Ministerio Público de Venezuela dictó la orden de captura internacional para una docena de involucrados en la trama de corrupción que investigaban, principalmente a Bazzoni como presunto jefe de la trama criminal y ya se nombraba públicamente a Bonelli.