El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, celebró la medida y destacó el impacto positivo que tendrá en el sector productivo. «El gobierno escuchó nuestro pedido para reformar el régimen de navegación fluvial. Es una conquista que logramos gracias a nuestras intensas gestiones y que le va a dar al comercio fluvial más dinamismo, simplicidad y operatividad», afirmó.
Frigerio subrayó que el régimen anterior equiparaba las condiciones de los barcaceros locales a las de los buques ultramarinos, lo que generaba trámites duplicados y costos innecesarios, ralentizando las operaciones. «Actualizar y simplificar este régimen es clave para el desarrollo de Entre Ríos en el futuro. Es parte del camino que iniciamos para impulsar a nuestro sector productivo, generando mayor competitividad y facilitando el comercio», señaló el mandatario.
El Reginave, en su versión anterior, imponía medidas que eran consideradas obsoletas y desproporcionadas para las embarcaciones fluviales de la región. Entre las principales exigencias se encontraban:
- La obligatoriedad de contar con un sistema eléctrico de respaldo pensado para embarcaciones oceánicas, cuando las barcazas del litoral operan a escasos metros de la costa.
- La necesidad de autorizaciones del Estado para realizar reparaciones o cambios de repuestos.
- La detención obligatoria en cada puesto de Prefectura para autorizar el paso, lo que demoraba considerablemente los tiempos de traslado.
El nuevo decreto elimina estos requerimientos, adaptando la normativa a las características del comercio fluvial de la región.