Desde el margen, pero con contundencia, Silvia Abaca irrumpe en el debate con una voz que no se escucha habitualmente en los grandes medios. Periodista y miembro del Consejo Directivo del Llamamiento Argentino Judío (LAJ), Abaca plantea una posición que desarma simplificaciones, incomoda a las instituciones tradicionales del judaísmo argentino y advierte sobre los peligros de los discursos únicos.
“El Llamamiento Argentino Judío es una organización de argentinos judíos que no pertenecemos a las instituciones tradicionales como AMIA y DAIA, y en muchos casos, nos oponemos a ellas”, explicó. Desde allí, la agrupación se define como plural, progresista y no sionista, con una distancia clara del gobierno israelí que encabeza Benjamin Netanyahu. “Israel no nos representa”, sintetizó Abaca.
El Estado de Israel, el sionismo y la confusión peligrosa
En un pasaje central de la entrevista, Abaca insiste en separar los planos del judaísmo como identidad, el sionismo como ideología y el Estado de Israel como actor político: “Tenemos una lógica de pueblo judío que no tiene nada que ver con cómo ha evolucionado el Estado de Israel”, asegura. Desde su perspectiva, el actual régimen israelí puede definirse como “fascista”, y denunció directamente la “eliminación del pueblo palestino” y la “derechización de la sociedad israelí”.
Cuestiona el uso del Holocausto como escudo para justificar violaciones a los derechos humanos: “Lo que pasó en el gueto de Varsovia pasó. Pero eso no nos da derecho a mirar para otro lado frente a lo que sucede hoy en Gaza”.
Abaca también se preguntó —en un video grabado desde el espacio Elina Malamud—: “¿Qué representa Israel en el Oriente Medio? ¿Qué significa esa cuña europea en esa región?” y subraya la necesidad de incorporar una mirada geopolítica para comprender el conflicto.
Dos pueblos, dos Estados
La consigna del Llamamiento es clara: dos pueblos, dos Estados. “Creemos en la existencia tanto de un Estado israelí como de un Estado palestino. Esa es nuestra base política. Por eso no somos sionistas”, aclara Abaca, quien también acusa a muchas organizaciones judías argentinas de aval ciego al gobierno de Netanyahu y de alinearse, en el plano local, con el presidente Javier Milei.
“Apoyan gobiernos como el de Milei, que no solo no es judío, sino que sobreactúa una identidad que no le pertenece. Y eso es peligroso”, advierte. Según Abaca, esta sobreactuación puede ser combustible para el antisemitismo: “La gente empieza a decir ‘nos gobierna un judío’, o ‘todos los judíos son como Milei’. Y eso alimenta un antisemitismo que estaba latente y ahora brota, incluso en sectores del campo nacional y popular”.
En ese marco, no deja pasar la reaparición del “Plan Andinia”, teoría conspirativa que sugiere que Israel planea instalarse en la Patagonia: “¿Por qué se instalaría Israel en la Patagonia y no en Misiones, donde el clima y la tierra son más fértiles?”, ironiza.
Las grietas internas y los silencios externos
¿Hay una grieta en la comunidad judía? “Un judío es un judío acá y en la China. Lo que varía son las posiciones políticas, y eso está bien”, responde Abaca, y apunta contra el intento de uniformar el pensamiento judío bajo una sola mirada sionista o estatalista.
Pero su crítica más punzante está dirigida a los medios: “La política internacional en nuestros medios es una sección que prácticamente ha desaparecido. Y cuando se toca el tema Israel, suele hacerse con superficialidad o parcialidad”.
Desde el Llamamiento —cuenta— intentan hacerse oír en todos los espacios posibles, pero no siempre tienen lugar. “Nos invitan poco. Hacemos lo que podemos, pero también cuesta. Porque hay muchos intereses cruzados y porque no conviene incomodar”.
Pese a todo, Abaca aclara que no están solos. Hay otros colectivos judíos que comparten su mirada, como ICUF (Judíos de izquierda), e incluso sectores críticos dentro del sionismo tradicional.
Y concluye: “Cuestionar al gobierno de Israel no es antisemitismo. Al contrario: es una forma de defender los valores históricos del pueblo judío, aquellos ligados a los derechos humanos, la memoria, la justicia y la paz”.