Técnicamente lo que acaba de ocurrir es un triple empate técnico: los electores se han fraccionado en tres y cada uno de los receptores de sus decisiones se lleva una posibilidad para octubre.
LAS SORPRESAS
Luego de los fracasos electorales de los libertarios en todas las provincias que tuvieron elecciones ‘dendeveras’ nadie preveía que Milei atraparía un contundente 30 % de los votos colectados el domingo ¿de dónde salieron? En dilucidar este enigma están las inteligencias de la oposición, para ver de como rascarle votos. Por lo pronto en la historia reciente el electorado se venía repartiendo en tercios también: un tercio peronista, un tercio conservador y finalmente un tercio de indecisos que eran los que definían quien se haría cargo del gobierno.
Ahora son tercios también, un tercio que ha conservado el peronismo a pesar del fracaso de Alberto Fernández, con su gestión desastrosa que defraudó a propios y extraños. Un tercio de la alianza conservadora entre el establishment, (PRO) y lo que queda del radicalismo, el sector al que alguna vez se lo llamó unionista. Y finalmente el obtenido por el histérico histriónico que provoca un desconcierto de interrogantes que se resolverá en las próximas semanas ¿son ‘votos bronca’ de peronistas o radicales que volverán a las fuentes en las generales de octubre? ¿son votos de nóveles votantes asqueados de las opciones tradicionales, que se turnan en sus fracasos y que permanecerán en la alforja del ‘libertario’? Nadie lo sabe.
Y no solo la sorpresa de los votos de Milei: el fracaso de la dupla de Larreta – Morales derrotados humillantemente por la ‘piba montonera’ ha dejado sin opciones al antiperonismo ‘moderado’ que había comprado el discurso ambiguo con el que pretendían erigirse como la ‘opción sensata’ de la clase M. ‘game over’ para ellos, a pagar y disculparse.
Ahora estarán intentando desesperadamente con Macri, convertido nuevamente en el señor de los anillos, y patrón de la piba, alguna forma de conservar los negocios, que en definitiva ha sido es y será el objeto de sus andanzas políticas. Pero Macri ha demostrado ser muy rencoroso y le llegó el momento de vengarse de la traición de su calvo delfín. ¿Y Morales? Tendrá que volverse rápidamente a Jujuy a intentar, con sangre y fuego, disciplinar a los díscolos que le han trastocado la disciplina social en las últimas semanas.
¿Y MASSA?, ¿PODRÁ MASSA?
El haber retenido el tercio peronista del electorado es su propio y exclusivo mérito. Pero Massa no ha podido cambiar los hechos que dinamitan la fe pública en sus capacidades: frenar la feroz escalada de precios conque los dueños de la economía concentrada vienen bombardeando las posibilidades electorales de UxP, en la ilusión que el candidato que se instale a fin de año privatice los saldos del capital social que quedan en manos del Estado, dinamite la legislación laboral y libere el mercado cambiario. Con lo que en lugar de apropiarse del 55% de la riqueza nacional generada anualmente, como en la actualidad, se la llevarían toda. Total, ya tienen el compromiso de Milei y JxC, que enfrentarán las protestas sociales, inevitables si aplican las políticas que prometen, con balas e impunidad para los ejecutores de la represión.
La tarea de Massa será intentar cosechar los votos de la clase M que no la traga ni confía en la ‘piba montonera’ Y explicarles a los votantes de Milei que si gana el empelucado se quedarán sin indemnización, sin vacaciones pagas, sin estabilidad laboral, sin jubilaciones, sin salud ni educación pública. En definitiva, sin país. ¿Podrá? Hasta ahora nadie ha podido, el flautista de Hamelín, sigue hipnotizando una porción del electorado, cuyo encantamiento (o su pérdida) será definitiva para nuestro futuro inmediato.
MAS DE LO MISMO ES UN CERTIFICADO DE FRACASO
¿Se podría frenar la inflación y la caída del salario real? Por supuesto que se puede, aunque nadie habla de esto: quitándoles a los que poseen la comercialización de nuestro comercio exterior; del mercado interno de alimentos, de la distribución de energía y del sistema financiero, el poder que disponen para manejar a voluntad los precios internos y la distribución de la riqueza. Para los peronistas que no lo recuerden o sepan, es lo que hizo perón hace casi un siglo y logró el período de mayor Justicia social y equidad económica que recuerde nuestra historia.
¿Qué hoy no se puede? Claro que se puede, solo un ejemplo de estos días: la primera ministro de Italia, Georgia Meloni, que, para los no informados, representa la derecha política de su país, acaba de imponer un impuesto del 40% a las ganancias extraordinarias de los bancos peninsulares para financiar las políticas públicas. En el nuestro, en el que los planes sociales que tanto irritan a los Milei y a los Pro radicales, ocupan el 0,6 % del PIB, mientras que la usura financiera se lleva el 7 %, sería un acto de estricta justicia, pero aquí, ni Massa, un Milei, ni nadie, siquiera se atrevería a pensar algo equivalente.
Y mientras los dueños de la economía concentrada sigan con el poder de jugar a ‘salta violeta’ con el peronismo, como lo vienen haciendo, desde hace casi 50 años, nada cambiará y tendremos un futuro de Milei o Bullrich a la vuelta de la esquina. Y eso significará (opinión del escriba) una guerra civil, la disolución de Argentina y el finde nuestra historia.
Seguirá…