A las 16.30 hs de este lunes 22 de abril comenzó el Juicio contra la kinesióloga Soledad Mitre, acusada de Homicidio culposo o mala praxis por el fallecimiento de Claudia Bertoldi en septiembre del 2020, a raíz de un shock cardiogénico provocado por una embolia gaseosa durante un tratamiento estético realizado por la imputada en su clínica. Según registró DIARIOJUNIO, más de 10 testigos relataron hoy su versión de los hechos, de los cuales dos, el del esposo de Claudia y su hija Camila, fueron realmente estremecedores. “Con la muerte de mi mamá, mi familia se desmoronó”, dijo la joven. Por su parte, Mitre se negó a declarar y adelantó que lo hará al finalizar el proceso, mientras que su abogado defensor, Miguel Cullen, calificó el crimen de Bertoldi como “una fatalidad”

Finalmente, la causa que tiene como imputada del delito de “homicidio culposo” a Soledad Mitre, acaba de ser elevada a juico y ya tiene fecha de iniciación. En efecto, la Audiencia de debate comenzará el 29 de febrero y finalizará el 8 de Marzo. Asimismo, la información a la que accedió DIARIOJUNIO, sindica también que el Tribunal oral estará presidido por Eduardo Degano. Como se recordará, Claudia Bertoldi falleció en la camilla del consultorio de Mitre, la kinesióloga que no le advirtió a su paciente y víctima, que le estaba haciendo un tratamiento para el cual no estaba ni habilitada ni preparada. Le practicaba una carboxiterapia que (como quien quiere sabe), es una especialidad médica, no kinesiológica. Mayúscula irresponsabilidad (por ser generosos), dejó sin vida a una joven mujer de 45 años (que solo quería lucir un poco más linda) ; sin mamá a dos niños y una adolescente ; sin compañera a alguien que la amaba y sin una hermana, amiga, tía, prima, más amorosa y solidaria. Claudia era mi hermanita menor a la que adoraba y ya no está, todos la recordamos, la seguimos llorando en silencio, pero ya no está, Soledad Mitre sí está y sigue allí, trabajando en lo mismo como si nada, no se dignó a pedir disculpas públicas, en especial a la familia. Pero claro, disculparse sin reconocer que lo suyo fue, cuando menos, un acto de irresponsabilidad, debe ser demasiado para alguien que tiene tan poco respeto por la vida del otro. Lo que sigue es el auto de remisión a juicio