Alentados por una prensa corrupta hasta la médula, prensa hegemónica (que para alcanzar ese lugar de poder se emparentó, apuntaló y defendió a una dictadura asesina para adueñarse de bienes ajenos ‘Papel Prensa’ obtenido a punta de pistola), la sociedad y no sin la ayuda del sector más corrompido de la política: el menemismo, decidió hacer tabla rasa y confirmar que TODOS “los políticos son corruptos”. El hartazgo del pueblo frente a los sucesos casi diarios de corrupción de los años 90 y luego la larga lista de “Banelcos” y otras yerbas que, en Entre Ríos tenía su homónimo en el bustismo-alasinismo, produjeron un nivel de asco social casi infinito que derivó en el rechazo a la política: “que se vayan todos” 2001. La especie cayó como anillo al dedo a quienes proponían suplantar la política en la conducción del país: Las Corporaciones. Se proponían lograr apoyo social para ser ellos y no la política la que definiera qué tipo de paìs armar. Varios años pasaron de aquellos episodios en que el diputado Manzano (pejotista) se levantaba los glúteos y robaba para la corona (de Menem); la venta a precio vil de todo el patrimonio social (YPF, FF.CC; AA; etc); la Banelco De la Rua para lograr la reforma laboral que quitaba derechos al trabajador; el regreso del menemista Cavallo a la esfera ministerial del radicalismo en el poder. Ese fue el preludio. Y nótese, nombres que se repiten. En el medio intentaron de todas las maneras, instalar la idea que recobra vigencia: “estamos mal pero vamos bien” con la que ahora Milei intenta convencernos que “hay que esperar un poco más”. Similar consigna lanzó Macri (la luz al final del túnel) todo se repite. Ahora acaban de ocurrir dos hechos significativos: 1) Apreciaciones ofensivas de Milei frente a la…