Eduardo ‘Chiche’ Maschio, ex director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Concordia, explicó esta mañana a DIARIOJUNIO que el cartel que señaliza al Regimiento 6 ‘Bandengues’ como Centro Clandestino de Detención y Tortura sigue sin aparecer. Por lo tanto, expresó que evalúan junto a los Familiares de Detenidos y Desparecidos reemplazarlo por otro letrero. Hoy en día, volver a pedir que el gobierno nacional envíe otro para reemplazarlo es una quimera. “Estamos con un gobierno que se puso en la vereda de enfrente de la vida y de los derechos humanos. Esta época más que de peticionar es de resistir”, indicó. La administración libertaria está cerrando los sitios de memoria y despidiendo a quienes trabajaban en esos lugares. El Ministro de Defensa, Luis Petri, desarmó los equipos de relevamiento y análisis (ERyA) que funcionaban dentro de las Fuerzas Armadas desde 2010. Petri definió a los especialistas como un “grupo parajudicial” que tenía acceso a todas las oficinas. “Eran un grupo de persecución que hacía macartismo en las Fuerzas Armadas”, indicó. Pero Maschio aseveró que, en realidad, era un equipo que no hacia persecuciones contra nadie sino que “conservaba las pruebas de asesinos, torturadores, ladrones de bebes y violadores”. “Es decir, son delitos aberrantes que se cometieron durante la Dictadura”.
La justicia penal (aquí y en casi todo el mundo) es para el pobre gaucho, dicho de otro modo, solo los pobres y desamparados van presos. Esta es otra de las razones por la que este, lejos de ser “un país de mierda”, es uno de los más respetados. Es que aquí, como en casi ningún lugar del planeta (solo comparado con Nuremberg), los lacayos del poder real, los que cometieron crímenes atroces contra la sociedad civil, fueron condenados por crímenes de lesa humanidad. Ese hecho emblemático y reparador nos permitió vivir 40 años ininterrumpidos de libertad, sin golpes militares ni persecuciones políticas. Ese es nuestro orgullo como nación, como pueblo. Conseguimos que la consigna del “Nunca Mas” apenas recuperada la democracia en 1983 se concrete gracias a una sociedad comprometida con Memoria, Verdad y Justicia y a tres gobiernos populares: el de Raúl Alfonsín que condenó a la Junta Militar y el de Néstor y Cristina que lograron voltear las leyes de impunidad (Obediencia Debida y Punto Final) sacadas por los militares “cara pintadas” a punta de pistola. Gracias a ese Estado reparador, Rafael Videla murió en el baño de una cárcel y el torturador y ladrón de bebes e identidades, el turco Julián, fue condenado a prisión al caer las leyes de impunidad que finalizaron en agosto de 2003 (con Néstor Kirchner como presidente), luego del proyecto de nulidad presentado por Patricia Walsh (https://www.clarin.com/politica/diputados-aprobo-nulidad-obediencia-debida-punto-final_0_BJBWJqxgCte.html). Desde 2006, año de reapertura de los procesos, hasta hoy, los asesinos, torturadores, ladrones de bebes pasaron de caminar entre nosotros como si nada hubieran hecho a cumplir condena, son ya casi 1200. Como dato, el turco Julián pasó de ser columnista de TV en el programa de Mauro Viale (el padre de Jonatan), a cumplir una condena de 25 años. Para llegar a…
3 comentarios
peronista memorioso
Y si en vez de un cartel colocan un monolito?
Martin
FUE MILENUCHO!!!
Juan Manuel Rios
Ni así podrán con la memoria.