Qué es DeFi y por qué puede ser útil
DeFi es un conjunto de plataformas y servicios financieros que operan sobre tecnología blockchain. Permiten realizar distintas operaciones —como intercambios de activos, préstamos o generación de intereses— sin necesidad de bancos ni entidades intermediarias. En lugar de depender de estructuras centralizadas, DeFi utiliza contratos inteligentes, es decir, programas que ejecutan automáticamente las condiciones establecidas entre usuarios.
El resultado es un sistema abierto al que cualquier persona con conexión a internet puede acceder, sin requisitos de entrada complejos ni validaciones tradicionales. Esto puede ser particularmente útil en contextos donde el acceso a productos bancarios o financieros está limitado o condicionado.
Obstáculos del sistema financiero tradicional
Muchas personas en Argentina enfrentan barreras al momento de integrarse al sistema financiero formal. Entre las más comunes se encuentran:
- Requisitos de ingresos o documentación difíciles de cumplir.
- Costos fijos por mantenimiento de cuentas.
- Falta de infraestructura en zonas rurales.
- Restricciones para operar en monedas extranjeras.
Estas condiciones afectan sobre todo a sectores informales, jóvenes sin historial bancario, trabajadores independientes o personas no familiarizadas con el uso de productos financieros.
DeFi no elimina estos desafíos de raíz, pero introduce nuevas herramientas que pueden ayudar a sortearlos o complementarlos, ofreciendo alternativas que antes no existían.
Usos concretos que favorecen la inclusión
En la práctica, hay personas en Argentina que ya utilizan plataformas DeFi para acceder a instrumentos financieros de forma más directa. Un ejemplo común es el uso de monedas estables (stablecoins), que mantienen paridad con el dólar y permiten resguardar valor en contextos de alta inflación. Estas monedas pueden colocarse en protocolos que ofrecen intereses por mantener fondos depositados, sin necesidad de intermediación.
También hay casos de trabajadores freelance que cobran en criptomonedas y luego usan servicios descentralizados para convertir, almacenar o invertir sus ingresos sin depender del sistema bancario local. Estas opciones se presentan como complementarias, no excluyentes, y son cada vez más utilizadas por quienes valoran la autonomía y la flexibilidad.
Acceso sin discriminación estructural
Uno de los rasgos distintivos de DeFi es que funciona sobre infraestructuras abiertas. No se requiere aprobación de una entidad para crear una cuenta, operar o acceder a productos financieros. Esto elimina algunos de los filtros que, en el sistema tradicional, suelen limitar el acceso de ciertos sectores de la población.
El anonimato relativo y la automatización también contribuyen a disminuir situaciones de discriminación por situación laboral, nivel de ingresos o lugar de residencia. Siempre que haya conectividad, el acceso es posible.
Aprendizaje y autonomía
Además del uso práctico, el contacto con servicios DeFi puede promover la educación financiera desde una lógica distinta. A través de la experiencia directa, muchos usuarios empiezan a familiarizarse con conceptos como rendimiento anual, riesgos, diversificación o tipos de activos digitales.
Esto no reemplaza la formación formal, pero puede funcionar como punto de partida para un aprendizaje progresivo, sobre todo en comunidades donde la educación financiera es limitada o poco accesible.
Intermediación simplificada
Aunque muchas plataformas DeFi requieren cierto nivel técnico, también existen soluciones que facilitan su uso para personas sin experiencia previa. A través de aplicaciones o billeteras digitales, es posible interactuar con protocolos de manera más simple, sin necesidad de conocimientos profundos sobre blockchain.
Esta simplificación técnica contribuye a que más personas puedan explorar estas herramientas, incluso si no provienen del ámbito tecnológico o financiero.
Un nuevo enfoque hacia la inclusión
DeFi no es una solución mágica ni exenta de riesgos. Pero sí representa una vía alternativa con potencial para ampliar el acceso a servicios financieros en regiones donde el sistema tradicional deja a muchas personas afuera. En lugar de reemplazar lo existente, suma opciones que pueden coexistir y adaptarse a distintas realidades.
El crecimiento de este ecosistema en Argentina, así como el aumento del interés por monedas digitales y soluciones descentralizadas, muestra que hay una demanda latente por nuevas formas de vincularse con el dinero. En ese contexto, DeFi puede ser una herramienta más para reducir la brecha y habilitar oportunidades que antes no estaban disponibles.