Los laboratorios farmacéuticos nos inundan con toneladas de cajas grandes que contienen muy pocas pastillas en su interior. La finalidad de esta práctica es confusa. Si se trata de ofrecer una muestra gratuita al paciente con pocas pastillas, generando así un compromiso para continuar comprando, parece seguir la misma metodología que un traficante.
Si el objetivo es proporcionar un período de prueba para observar los beneficios terapéuticos y permitir que los médicos decidan si continuar con dicho medicamento, lo mismo y de manera más práctica podría lograrse con una caja completa (es decir, con 30 comprimidos). Esto brindaría tiempo tanto al paciente como al médico para evaluar y, eventualmente, adquirir la siguiente caja sin apuros.
Al observar la cantidad de materia prima necesaria para fabricar estos envases, no es difícil concluir que esto impactará en los precios de los fármacos y tendrá consecuencias a nivel ambiental, ya que se requiere la fabricación de cartón y papel para los prospectos.
Finalmente, la colocación excesiva de posibles efectos colaterales e interacciones en los prospectos crea temor, incertidumbre y sugestiona a los pacientes, dificultando la labor médica.
En conclusión, es momento de replantearnos la metodología que aplicamos en la propaganda médica. Necesitamos un cambio hacia prácticas más sostenibles y éticas en beneficio de nuestros pacientes y del medio ambiente.
Lucas A. Cosarinsky
MP 9917
Carlos
«Finalmente, la colocación excesiva de posibles efectos colaterales e interacciones en los prospectos crea temor, incertidumbre y sugestiona a los pacientes, dificultando la labor médica», a todo esto una vez le plantee a mi medico los efectos colaterales, su respuesta fue: «es el precio q tenes q pagar» 🤷♂️