Trabajadores de la Planta de Reciclado N°2 de la zona sur, desalojados a fines de Mayo por orden del intendente Francisco Azcué, reclaman por la continuidad de su fuente de trabajo y apelan a la sensibilidad del jefe municipal para que vea y entienda la labor que realizan desde hace años, con el fin de alimentar a sus familias y darles la posibilidad a sus hijos de un futuro mejor. En diálogo con DIARIOJUNIO, uno de los afectados, Carlos Bravo, resumió la historia que los llevó a esta dramática situación: “Luchamos muchos años para tener los motocarros y ese espacio estable para hacer nuestro trabajo, que consiste en el reciclado y enfardado de basura que se vende luego a Buenos Aires. Con esfuerzo logramos tener a la Planta en comodato, hasta que llegó esta gestión y nos sacaron por orden judicial”, detalló.

«Nos dijeron que acá funcionaba un búnker de droga y nos sacaron como delincuentes»

El comodato no fue ratificado por el intendente Francisco Azcué. «Vinieron un día y nos echaron como delincuentes, argumentando razones como la existencia de un ‘búnker’ o un predio para vender drogas», recordó. «Pero nosotros siempre les pedimos a los funcionarios y a los policías que vinieran a revisar el lugar para constatar el trabajo real que hacíamos de reciclado, enfardado, y cómo vendemos directamente a Buenos Aires», indicó. «Incluso un compañero registró el trabajo con vídeos para que ellos no tengan que venir para acá, pero no hubo respuestas».

“La mayoría de nosotros no tuvimos la oportunidad de estudiar porque nos criamos en la extrema pobreza. Nuestros padres nos enseñaron a trabajar y con los años aprendimos lo poco que sabemos”, indicó.

A pesar del desalojo pudieron volver a entrar, pero entonces les cortaron la luz.

Tras el desalojo, lograron ingresar para continuar con el trabajo interrumpido, que consistía en cargar un camión con 62 fardos de cartón, nylon y plástico, de entre 250 y 300 kilos cada uno, pero apenas habían completado 42 cuando les cortaron la luz. “Nos dijeron que estaban gestionando para poner la trifásica que necesitamos, pero solo pusieron monofásica para que funcione la Guardia Urbana y la Policía”, denunció.

«Nos mintieron en la cara y por eso, le pedimos a Azcué que se ponga la mano en el corazón y nos deje la planta. Que nos la otorgue en comodato aunque sea por seis meses, y venga a ver usted mismo lo que hacemos. Si ve que no trabajamos, entonces nos vamos», desafió. «Solo una oportunidad, señor intendente. No le vamos a fallar».

Para finalizar, Carlos expresó su incertidumbre sobre el futuro en caso de perder su única fuente laboral: “No sabemos qué vamos a hacer ni a dónde ir, nadie nos llama ni nos habla. Estamos desesperados porque no sabemos hacer otra cosa y trabajamos para darle a nuestros hijos algo más de lo que nosotros tuvimos», concluyó.