Las sociedades de todo el mundo van, imperceptiblemente, mutando en su conciencia de clase de acuerdo a las variantes políticas que son ejercidas sobre ellas. Algunas, las más instruidas, tienen como prioridad lo que se llamó "la Ilustración", para inspirarse en ella y adquirir los conocimientos necesarios para construir los códigos de convivencia entre sus integrantes y así formar una nación. De esa nación surgiría un Estado que será el administrador de las decisiones sobre los recursos existentes. Argentina es una nación reciente que nunca terminó de ser totalmente soberana.

Diez sobre diez. La totalidad de los diez consultores y encuestadores consultados por Página/12 diagnostican que Javier Milei y su gobierno sufren una fuerte y dramática caída en la aprobación y opiniones positivas. La mayoría menciona que los que están en contra del libertario se acercan al 60 por ciento y los que están a favor, rasguñan el 40 por ciento. O sea, perdió 20 puntos en diez meses. Los apoyos de antes, varones jóvenes, más bien humildes, con trabajos precarios y principalmente del interior del país se van perdiendo por el ajuste. Se mantienen los de clase media alta y alta, exvotantes de Juntos por el Cambio. La ofensiva contra los jubilados, el presupuesto universitario y el festejo del veto en Olivos aportaron al derrumbe.

El individualismo neoliberal mileísta es un instructor implacable del cinismo de un gobierno, cuyo escenario de activación es un mercado deshumanizado. Por ello, es urgente ampliar el concepto de pobreza y entenderla también como una pobreza intelectual, es decir, la negación explícita de la razón como herramienta para liberarse de formas de explotación. El hambre y la salud son las dos necesidades biológicas imprescindibles de satisfacer por parte de un Estado ausente. Por eso, la última decisión del gobierno de restar medicamentos gratuitos que el PAMI otorgaba a los jubilados, esos mendigos del siglo XXI, para que el famoso "vellocino de oro", el Equilibrio Fiscal, no se deteriore, es una demostración más de la crueldad con goce y satisfacción ante el sufrimiento ajeno.

La delincuencia que gobierna el país desde que logaron deshacerse de Cristina en 2015, se apoyó en un “sentido común” ramplón, que banaliza el conocimiento y ensalza la ignorancia. Ya hace más de medio siglo, la pareja de Jean Paul Sartre, la adelantada Simone de Beauvoir, anticipó que “el sentido común es el menos común de los sentidos”. Veamos cuan cierta fue su apreciación. Con el “sentido común” de: “los políticos son todos chorros en cambio Macri ya es rico y por tanto no necesita robar”, lo votaron y nos peló el bolsillo a millones y por si faltara nos endeudó a 100 años. La prueba de que buena parte de la sociedad siguió apoyando al predador, alentó a Milei y la banda que lo acompaña en el gobierno a desafiar nuestra inteligencia, apuestan a robar nuestros ahorros de los tiempos en que andábamos bien pero íbamos mal y quieren saber cuál es el límite de la manipulación; apuestan a conocer ese límite de idiotez que se sabe, no lo tiene; ¡hasta cuando creeremos en los discursos de quienes nos esquilman!: “En 6 meses veremos la luz al final del túnel” o como refirió nuestro compueblano Grinman, al decir que ANTES vivíamos mejor pero era cuento, ahora en cambio, la estamos pasando mal pero con ESPERANZA y cosas por el estilo. Hay que aprender de una vez: somos conejillos de indias de la IA. Desde la aparición de la Inteligencia Artificial vienen practicando con nosotros porque, como ya debe saberlo, los poderosos de verdad, cuentan con la data suficiente sobre todos nosotros, nos manipulan como quieren, mientras, nos hacen creer que tenemos pensamiento propio y hasta que somos patriotas a pesar de hacer cosas que hasta ahora solo hacían los malvados. Desde hace años las sociedades NO tienen pensamiento propio,…