En los últimos 10 años han sido fructíferos para la derecha latinoamericana. En octubre de 2018, Jair Bolsonaro ganó la presidencia de Brasil. En junio del año siguiente, Nayib Bukele llegó al poder en El Salvador, y en noviembre la derecha boliviana aprovechó una crisis electoral para derrotar a las huestes de Evo Morales. En Perú, luego de que el izquierdista Pedro Castillo ganara por escaso margen la presidencia en 2021, las fuerzas de derecha en el Congreso, apoyadas por las huestes aristocráticas peruanas, paralizaron su gobierno y, a través del lawfare, lo destituyeron poniendo en su lugar a la inútil de Dilma Boularte (sic). Desde entonces han mantenido un control absoluto del país. En Chile, la extrema derecha obtuvo un buen resultado en 2021 y se movilizó en 2022 para rechazar la nueva Constitución. Hoy, tras las elecciones en el país trasandino, el triunfo por apenas tres puntos de J. Jara del PC les da la posibilidad a la extrema derecha, “proto fascistas” (sic) de sus candidatos, sobre todo J. Katz, de alzarse con la victoria en el ballotage. Y, por último, la victoria inesperada de J. Milei en 2023 en Argentina consolidó el giro de la derecha en la región.
Alemania como nación, como partido político, siempre tuvo presencia en la Argentina. Por eso no extrañó a quienes seguimos de cerca la política internacional que la condecoración al presidente Javier Milei por parte de la Sociedad Hayek Gesellschaft sea algo más que un hito simbólico en la trayectoria de las fundaciones alemanas que buscan incidir en el tablero político argentino. Existe un entramado entre la constelación de las derechas germanas y el armado libertario que lleva casi nueve meses de gestación.
No existe en el mundo una Nación más paradójica y controversial que nuestra Argentina. Para tratar de interpretar lo sucedido desde las Paso, hasta el "ballotage", hice un ejercicio de imaginación a través del absurdo, que lo que sucedió fue obra de un guión escrito por Franz Kafka, dirigida por Federico Fellini, y analizada por Sigmund Freud. Porque es verdaderamente desopilante todo el proceso final, incluido el mediocre debate televisivo. Porque el tema no es tan lineal como parece, porque nosotros, como sociedad, no hemos hecho un esfuerzo para pensar sobre procesos sociales complejos en desarrollo, entendiendo que un concepto nunca explica el mismo fenómeno de manera idéntica, sino que sirve como elemento para la comprensión de los acontecimientos que se dan en el curso de la historia de un país o de la Humanidad misma. Lo que quiero decir con el término paradojal, es el fenómeno absurdo del "ballotage", que da como resultado que una fuerza que sale tercera en la elección general, a través de la concupiscencia con otra fuerza, aparezca en el palco de los vencedores luego de la frustración de la elección general.
El elemento más determinante de la derecha argentina del siglo XXI, es que exhibe sin inhibiciones sus desvaríos en la conquista del poder, utilizando todas sus herramientas legales e ilegales para eliminar cualquier poder de alternativa política que se le oponga, para horadar y desmoronar todos los cimientos del sistema democrático.
No siempre cuando se habla de categorías políticas, tenemos en claro la significancia de las denominaciones a las que nos referimos. La denominación "Derecha" e "Izquierda" tiene su origen en tiempos de la Revolución Francesa, allá por 1.789, y fue el faro que iluminó dos ponencias opuestas en cuanto a la forma de gobierno que debían tomar los revolucionarios en contra de la monarquía gobernante. En esa Asamblea, donde se produjo la votación por la forma de gobierno, había una explanada donde se colocaron sillas para los asambleístas. A la derecha del Presidente de la Asamblea se sentaron los monárquicos, y a la izquierda se ubicaron estratégicamente los revolucionarios, que pretendían poner fin al poder absoluto del Rey Luis XVI. La votación fue ganada por la Izquierda por 673 votos contra 325 de los Monárquicos, que pretendían que él conservara el poder de veto a las futuras leyes. Mucha Historia ha ocurrido desde entonces, pero la denominación quedó incólume. A través del tiempo ha mutado en forma extrema, siempre defendiendo los privilegios de las élites dominantes. Pero en los últimos tiempos la derecha ha mutado, ya que exhibe sin inhibición prácticas violentas, y por otro lado ha ampliado su composición social consiguiendo salir del "encierro" elitista. Los argumentos clasistas, racistas, sexistas y conservadores propios de su ideario, ya no se afirman exclusivamente desde los sectores oligárquicos, sino que son compartidos y agitados también por franjas populares excluidas por clase, etnia o género. Las actuales prácticas de la derecha global combinan mensajes reaccionarios con el despliegue de bandas organizadas, agresivas y en actitudes que superan las reglas democráticas. A manera de ejemplos, podemos citar la toma de edificios públicos como el Capitolio en Washington y la ocupación de la Praça dos Três Poderes en Brasilia, y también las acciones ultras en…