El 6 de julio se recuerda uno de los episodios más brutales del terrorismo de Estado en Argentina: el secuestro, tortura, asesinato y desaparición de abogados laboralistas en Mar del Plata. La abogacía organizada los homenajea y reafirma su rol como garante de derechos, en especial en defensa de los sectores más vulnerables.
El 27 de abril de 1977, Héctor Germán Oesterheld va a una "cita envenenada". Ruidos, forcejeos, gritos, violencias y la noche lo devoran para siempre. Un grupo de tareas lo secuestra. Desde entonces, permanece desaparecido. Varios testigos que compartieron su proyecto político lo vieron en los campos de concentración de Campo de Mayo, en el Regimiento de Monte Chingolo, en el Vesubio de La Matanza y en el “Sheraton” de Villa Insuperable. Un día, llevaron a su nieto de dos años, el primogénito de una de sus hijas también secuestradas y desaparecidas, porque, en la horrorosa experiencia de Oesterheld, fueron las cuatro hijas y dos yernos quienes sufrieron ese destino. Todos recuerdan a sus hijas como bellísimas personas, sesudas militantes de base, excepcionales seres humanos que compartían la vida de las villas, ayudando, enseñando, alfabetizando, curando, viviendo la vida como promesa de un mundo mejor, más justo, en el que se comprometieron en cuerpo y alma. En esa circunstancia, en la que le llevan a su nieto, Héctor indica a sus captores la dirección de la casa de su ex esposa, donde fue llevado. Fue su única respuesta. En los interrogatorios, solo repetía: “No tengo nada para decir, no tengo nada para negociar…”
Franklyn Tex Harris, agregado político de la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, desempeñó un papel crucial en la documentación de las atrocidades cometidas por la dictadura militar argentina. A pesar de las restricciones impuestas por el embajador Raúl Héctor Castro, Harris envió informes detallados al Departamento de Estado, revelando la sistemática desaparición y tortura de miles de personas. En 1977, remitió una lista con 7.500 desaparecidos, que luego fue entregada a Jorge Rafael Videla en Washington. Su trabajo incluyó el testimonio del dirigente Alfredo Bravo, quien narró ante Harris las brutales torturas que sufrió. Los informes del diplomático también denunciaron la existencia de centros clandestinos de detención y evidenciaron la complicidad de altos mandos del régimen con la represión ilegal. En diciembre de 1978, Harris informó a Washington que, desde 1976, “Las Fuerzas Armadas se ‘hicieron cargo’ de 15.000 personas en su campaña antisubversiva”.
El cóndor, como ave, es un hermoso "buceador" de las alturas de las montañas y representa la majestuosidad de las aves en su evolución como especie única. Pero también, la palabra "Cóndor" sirvió para denominar la siniestralidad de una conjura ideada por el "imperio" para avasallar, asesinar y destruir los intentos emancipatorios de América Latina, en una saga que todavía ha dejado las "estructuras" políticas y económicas como residuos de esas siniestras dictaduras que supimos conseguir y sufrir. Se traducen en una cifra como símbolo perenne de la memoria: Fueron 30.000.
Cuatro meses más tarde de su primer encuentro en Chile, Kissinger y Guzzetti volvieron a reunirse. Esta vez la cita fue el 7 de octubre de 1976 en Nueva York, en uno de salones el hotel Waldorf Astoria. El panorama en Argentina era completamente distinto: organizaciones como el ERP como Montoneros habían sido desarticulados o estaban a punto de serlo, la mayoría de sus líderes asesinados o desaparecidos y las organizaciones populares totalmente desmanteladas, con sus líderes en el exilio. La actividad sindical había sido intervenida y partidos políticos estaban prohibidos y las organizaciones sociales temían ser presa de la fosa común del terror implantado. Para ese momento, detenciones ilegales, asesinatos y desapariciones se sumaban de a miles y los centros clandestinos, donde tenían lugar sesiones de tortura aberrantes, funcionaban a pleno.
Robert Hill tenía una presencia imponente. Medía 1,87 metro y pesaba 100 kilos. Era lo que los estadounidenses llaman un workoholic (adicto al trabajo). Se levantaba a las 5 de la mañana, dormía menos de cuatro horas por día. El entonces Embajador norteamericano en Buenos Aires, solía montar a caballo y también practicaba el tenis, aunque nunca quedó registrado para la posteridad si alguna vez jugó algún set contra el almirante Massera, como sí solía hacerlo el Nuncio Vaticano Pío Laghi.
En el marco del 49° aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, los Organismos de Derechos Humanos de Concordia, en conjunto con la Multisectorial por los Derechos Humanos de la ciudad, organizan una serie de actividades para recordar y reflexionar sobre la memoria, la verdad y la justicia.
En vísperas del 49° aniversario del golpe militar en Argentina, DIARIOJUNIO comienza a publicar a partir de hoy, información sustentada en una serie de documentos desclasificados entre 1969 y 2021, que revelan lo que sabía el gobierno de Estados Unidos, y cuándo lo supo, en las semanas previas al derrocamiento del gobierno de María Estela Martínez de Perón, el 24 de marzo de 1976. Los documentos provenientes del Archivo de Seguridad Nacional norteamericano, proporcionan evidencia de múltiples contactos entre los golpistas y funcionarios estadounidenses que registran el amplio conocimiento que tenía el gobierno de Estados Unidos sobre los conspiradores, sus preparativos para el golpe de Estado y particularmente sobre sus planes potenciales, los que funcionarios del Departamento de Estado describieron como “un gobierno militar de duración prolongada y de una severidad sin precedentes”. Asimismo, los registros documentales muestran que más de un mes antes de que se produjera la asonada, funcionarios estadounidenses “discretamente” informaron a los militares argentinos que Washington reconocería al nuevo régimen.
A poco de cumplirse 52 años de la Masacre de Trelew, ocurrida el 22 de agosto de 1972, el periodista Ricardo Monetta rinde homenaje a los luchadores y luchadoras asesinados brutalmente por la dictadura de Alejandro Agustín Lanusse.
Es el título de un relato de Rodolfo Walsh. Se trata de un periodista que interroga, obsesivamente, al Teniente Coronel Moori-Koenig sobre el destino del cuerpo de Eva. En el cuento, nunca es nombrada. La elipsis no es solo un recurso literario para dar mayor relieve a su presencia, agigantarla; alude además a la prohibición de mentarla, que estableció la Dictadura del 55. Esa es la paradoja de la Oligarquía: cuanto más quiere desaparecerla, más la trae a la existencia.