Septiembre se escribe con lucha, canciones y lápices rotos. Entre la memoria de Víctor Jara y María Claudia Falcone, los estudiantes y la esperanza renacen cada año para marchar por la justicia, la educación y la libertad, contra el fascismo y la impunidad.
Durante los años más crudos del terrorismo de Estado, el proyecto binacional de Salto Grande no estuvo al margen de la represión. Delegados sindicales, técnicos y obreros fueron vigilados, perseguidos y expulsados bajo un sistema coordinado entre las dictaduras de Argentina y Uruguay, en el marco del Plan Cóndor. Una investigación judicial en curso de la fiscal federal Josefina Minatta, que podría tener un impactante correlato judicial con decenas de imputaciones y la apertura de nuevos juicios por crímenes de Lesa Humanidad, revela cómo operó este engranaje del horror en la principal obra energética de la región.
Concepción del Uruguay será sede, los días 4 y 5 de junio, de un Encuentro Regional de Derechos Humanos centrado en la Operación Cóndor, esa estructura de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur que dejó miles de víctimas y cuyos efectos aún persisten. El evento reunirá a referentes de Argentina y Uruguay con el objetivo de analizar las consecuencias históricas, judiciales y sociales de uno de los dispositivos más siniestros del terrorismo de Estado en América Latina.
Los días 4 y 5 de junio se desarrollará en el Auditorio Scelzi de Concepción del Uruguay un Encuentro Regional de Derechos Humanos centrado en el análisis histórico, judicial y político de la Operación Cóndor, con participación de referentes de Argentina y Uruguay.
Salió a la luz la foto del polémico encuentro entre diputados de La Libertad Avanza y represores condenados por delitos de lesa humanidad en el penal de Ezeiza. En la imagen, se puede ver a la diputada libertaria Lourdes Arrieta, reconocible por su sobretodo naranja, acompañada por sus compañeros de bloque Beltrán Bénedit, María Fernanda Araujo, Guillermo Montenegro y Alida Ferreyra
El Siglo XX fue el siglo de los fracasos. Porque los pensadores de la libertad trazan una Historia del Siglo XX en que las líneas de la oposición están encarnadas entre la Democracia liberal y los totalitarismos. Pero la violencia del siglo pasado comienza en 1914 y terminaría en 1989 con la caída del muro de Berlín, donde se han enfrentado la democracia liberal capitalista, con su fe en la autorregulación del mercado y las libertades individuales por una parte y los totalitarismos en su expresión de extrema izquierda. La falacia consiste en que el liberalismo capitalista, despega demasiado rápido la relación del capitalismo del fascismo. El fascismo y el liberalismo coinciden en algo que casi nunca se explicita: los dos son capitalistas. Para que el esquema victorioso liberal post.2da Guerra, era necesario diferenciarse absolutamente del nazismo. De este modo se mantiene el debate en el ámbito político pero no ideológico, Pero no es así. El nazismo fue una experiencia capitalista.
“Frente a la historia, la memoria colectiva tiene un deber de primer orden, el de enseñar e instruir a quienes no tuvieron la experiencia de determinados acontecimientos…” Malio Blanco, en vv.aa.: Claves de la memoria