El odio contra Israel que manifiesta el que escribe no es digno de un periodista, demasiado. Indudablemente este medio está de acuerdo.

sionistas!!! dejen de mentir!!! lo de palestina lleva casi 8 decadas de demasacrar a un pueblo indefenso…y continúa..podemos utilizar todos los términos alusivos…GENICIDIO , HOLOCUASTO…el sionismo con la paja de pueblo elegido se victimiza y en pagan justos por pecadores…Mekorot viene por el control del agua,ya conocemos a estos lacras…ser judío no es ser sionista…Milei es sionista…le entrega cuestiones estratégicas al ente sionista!!!!!

Me veo en la necesidad de expresar una posición razonada, basada en los hechos, la historia reciente y el respeto a los desafíos que enfrentan miles de entrerrianos sin acceso pleno al agua potable.

Entre Ríos lleva más de 40 años sin una política hídrica estructural. La fragmentación institucional, la escasa inversión sostenida, la contaminación de napas, la falta de planificación por cuencas y el impacto de fenómenos extremos como la bajante del Paraná han dejado a más de 70.000 personas sin acceso seguro al agua, en pleno siglo XXI. Esta situación ha afectado especialmente a niños y niñas de zonas rurales y barrios vulnerables, provocando enfermedades, internaciones e incluso casos de mortalidad infantil asociada a infecciones gastrointestinales evitables.

Ante esta realidad, cualquier iniciativa de cooperación técnica para mejorar los sistemas de captación, tratamiento o distribución del agua merece ser evaluada con seriedad, sin consignas ideológicas ni prejuicios geopolíticos importados.

La demonización automática de toda relación institucional con empresas israelíes —en este caso Mekorot— niega la posibilidad de acceder a tecnologías que han demostrado resultados exitosos en decenas de países, incluyendo buena parte de América Latina. Rechazar asistencia técnica solo por el país de origen es, además de injusto, profundamente regresivo para una provincia que necesita soluciones concretas y no retórica acusatoria.

La vinculación forzada entre el sufrimiento del pueblo palestino y un eventual acuerdo hídrico en Entre Ríos no resiste el menor análisis técnico ni legal. Las cuestiones del conflicto en Medio Oriente merecen atención en otros ámbitos, diplomáticos o internacionales. Usarlas como excusa para impedir avances en materia de agua potable en Argentina, es desviar el foco de lo urgente y éticamente inaceptable.

Finalmente, quienes con tanta vehemencia gritan “No en nuestro nombre”, deberían recordar que en nombre del pueblo entrerriano también se demanda acceso a derechos básicos, entre ellos el agua. Y que trabajar para garantizarlos, incluso dialogando con países que dominan esas tecnologías, no es claudicar ante intereses foráneos, sino asumir con responsabilidad la búsqueda de soluciones.

Sí en nuestro nombre: agua segura, cooperación técnica sin prejuicios y una gestión hídrica al servicio de las personas, no de los slogans.