Europa atraviesa un tiempo de sometimiento polÃtico, económico e ideológico a Estados Unidos. Entre la OTAN como brazo armado, la dependencia energética forzada y el alineamiento de sus lÃderes, el Viejo Continente aparece debilitado, desindustrializado y sin autonomÃa, atrapado en la lógica de un imperio decadente que aún busca sostener su hegemonÃa.

En esta columna, Ricardo Monetta analiza el agravamiento del conflicto entre Israel e Irán y advierte sobre la posibilidad de una guerra de escala global, con el involucramiento directo de Estados Unidos, Rusia, China y otros actores estratégicos. Denuncia la manipulación mediática, la decadencia de las élites europeas, y el uso del imperialismo como mecanismo de supervivencia del capitalismo global. Una mirada crÃtica sobre los intereses geopolÃticos que podrÃan empujar al mundo a un nuevo abismo.

En el aniversario de la Gesta de Malvinas, los actos oficiales estuvieron marcados por discursos que, lejos de reivindicar la soberanÃa argentina, profundizaron la entrega y el vaciamiento simbólico. Entre el servilismo explÃcito de Javier Milei y el panamericanismo fantasioso de Victoria Villarruel, se desdibujó la causa Malvinas, se marginó a los excombatientes y se volvió a poner en juego la memoria histórica de un reclamo que trasciende gobiernos.

Cuando todo parecÃa encaminarse hacia un alto el fuego que servirÃa de transición a la paz definitiva, los "monstruos de la guerra" emergen en forma siniestra, anulando las capacidades cognitivas de los supuestos lÃderes de la Comunidad Europea, que no se resignan a que el brazo armado asesino de la OTAN durante décadas pueda ser derrotado y humillado como lo está haciendo ante la Federación Rusa.

El conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha puesto en jaque la estabilidad mundial, tiene raÃces profundas que van más allá del relato simplista de agresores y vÃctimas. Desde el golpe de Estado en Kiev en 2014 hasta la actual confrontación entre bloques geopolÃticos, la guerra es el escenario de una disputa por hegemonÃa, recursos y poder. Este análisis examina los factores estratégicos, económicos e históricos que han llevado a la escalada del enfrentamiento y sus implicancias en el tablero internacional.

Tras años de conflicto, acuerdos incumplidos y tensiones crecientes, Rusia y Ucrania alcanzaron un pacto para un alto el fuego de 30 dÃas. Sin embargo, las condiciones impuestas por Moscú, el escepticismo de Putin ante las promesas occidentales y la presión de la OTAN para continuar el rearme ponen en duda la viabilidad de una paz duradera. . En este complejo escenario, la figura de VolodÃmir Zelensky es cuestionada por Moscú, que lo considera un lÃder ilegÃtimo, y Donald Trump intenta mediar en un acuerdo con múltiples frentes de tensión.

Un espectro recorre Europa: el espectro del militarismo y la guerra. Detrás de esta fiebre bélica se esconde algo más que la supuesta amenaza de Rusia. El declive económico y la lucha por el dominio geopolÃtico juegan un papel fundamental en la creciente militarización de Europa.

En estos últimos dÃas, el Estado de Israel ha infligido al LÃbano un bombardeo masivo e indiscriminado, de tal manera que las vÃctimas civiles se cuentan por miles, sin que nadie en Occidente deje de mirar hacia otro lado, para no ser censurado o sancionado por su socio cómplice que es EE. UU.

En medio de una gran incertidumbre por la toma de decisiones sobre las acciones de guerra, esta ha sufrido una disminución en su intensidad, pese a que en el frente del sureste de Rusia, las fuerzas de la Federación avanzan sin prisa, pero sin pausa, arrasando las posiciones ucranianas. El contexto de información internacional se interroga acerca de cómo seguirá esta guerra que, a su juicio, Ucrania ha fracasado en su misión delegada por la OTAN y EE. UU., aunque le sigan proveyendo armas de todo tipo. Por el momento, Washington promete más ayuda, pero autoriza a Kiev el uso de misiles de largo alcance, lo que podrÃa desencadenar una respuesta por parte de los rusos que escalarÃa la intensidad del conflicto e incidirÃa en las elecciones de noviembre. El todavÃa presidente Biden quiere aparecer como un componedor de tratativas de alto el fuego.

En medio de una escalada bélica inusitada por parte de la ultraderecha que dirige la OTAN, nuestro presidente, en una muestra de servilismo imperial de la más baja estopa, proclama su adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como miembro extra, sin conocer las implicancias y consecuencias que esto podrÃa conllevar. Esto hace que los derechos argentinos sobre las Malvinas se encierren en una oscura bóveda de Inglaterra, que, precisamente, es parte de esa asociación. Pero la cosa no termina ahÃ, ya que a la par, la "entrega" continúa con la cesión graciada del control del RÃo Paraná al Ejército de los EE. UU. ¡Qué tal!
