Durante la última década, Ecuador ha sido tomado nuevamente por los EEUU, que bajo la «bandera» de la lucha contra el narcotráfico, ha anunciado un nuevo plan de seguridad de cinco años para Ecuador. Para comprender esto, hay que tener en cuenta que la presencia militar de los yanquis en Colombia y Perú, que son los mayores productores de cocaína a nivel mundial, y su lucha contra el narcotráfico, dirigida por el Comando Sur de EEUU, y otras agencias del mismo origen, ha sido un rotundo fracaso en esos países, y lo seguirá siendo también en Ecuador. Mientras en EEUU, que es el principal consumidor de cocaína del mundo, no modifiquen las causas profundas que originan la demanda, y no se desmonte la red de corrupción y tráfico que existe en los mismos EEUU, que es lo que permite que la droga se comercialice, el negocio de la droga no podrá ser derrotado, y los grupos criminales seguirán en aumento, convirtiendo a estas naciones en «estados fallidos», y excelentes compradores del sistema de armas del CIM, Complejo Militar Industrial norteamericano. O sea que es un buen negocio para el «amigo americano» del norte, pero pésimo para las naciones de Latinoamérica, que desvían esos fondos que deberían ser aplicados a su desarrollo.
Es así que la agenda de militarización que EEUU está imponiendo en nuestro continente cada vez más, solo servirá para el control geopolítico de nuestras naciones, mantener la dependencia a través de la deuda externa, e intentar alinearnos con sus políticas de guerra en todo el mundo. Hace poco Ecuador se vio sacudido por un motín violento en las cárceles que se transmitió a las calles de las principales ciudades. A los pocos días de estos sucesos, la Jefa del Comando Sur de los EEUU, la General Laura Richardson (casi nuestra «amiga» por sus visitas a la Argentina) y el Asesor Presidencial para las Américas, Christopher Dodd, visitaron el país y se reunieron con el Presidente Daniel Noboa. Esta visita fue una muestra de apoyo de los EEUU a Ecuador tras el aumento de la violencia, pero además de la entrega de equipamiento y financiamiento para las fuerzas de «orden», los «amos» del Norte le han explicado que han previsto un plan de seguridad para Ecuador con una duración de cinco años con base a un acuerdo de cooperación marítima firmado entre ambas naciones. (Lo que no se dice es que este acuerdo marítimo es para establecer una base de operaciones, una más de las casi 800 que tiene en todo el mundo). Y cuál es la cooperación: más de 20.000 chalecos antibalas, 1 millón de dólares para equipamiento de seguridad, incluyendo ambulancias y vehículos de apoyo logístico. Pero, ¡ojo! El FBI aumentará su personal en Ecuador, en apoyo a la policía local y también a la Fiscalía General. ¿Si esto no es intromisión…?
También hay que remarcar la intención de involucrarlo indirectamente en la guerra de Ucrania-Rusia. Cuando llegó a Ecuador el avión Ucraniano Antonov An-24 al aeropuerto de Guayaquil, el hecho fue absolutamente inusual. Es que un país que está en guerra como lo es Ucrania trae un cargamento de EEUU a Ecuador. Esto fue como consecuencia de la segunda visita de la Jefa del Comando Sur Laura Richardson para presidir la entrega de armas y equipo militar del que dispone Ecuador anunciado por el presidente Daniel Noboa a cambio de US$ 200 millones de dólares en equipamiento militar moderno. Esto explica el porqué de la presencia del avión Ucraniano Antonov en Guayaquil. ¿Qué mejor que enviar a Ucrania el armamento directamente en un avión ucraniano y con eso, saltearse las autorizaciones que debe pedir al Congreso de EEUU cada vez más renuente a enviar apoyo militar a Ucrania?
Ecuador será, lamentablemente, el primer país de Latinoamérica que sigue las órdenes y deseos del Comando Sur del Ejército de EEUU, pasando por alto la neutralidad estratégica que nuestros países del cono sur debieran tener de no involucrarse militarmente en ninguna guerra. Recuerden lo que pasó con Menem en la Guerra del Golfo. Pero a Ecuador no le importó violar el principio de América Latina que dice que América Latina es concebida como Zona de Paz, violando el espíritu de la Comunidad de los Estados Latinoamericanos y Caribeños. La CELAC, que cumplió 10 años.
Estados Unidos quiere convertir a las Islas Galápagos como un portaviones natural para lo cual tiene que tener el aval del Parlamento Ecuatoriano. Ecuador sigue mandando a EEUU militares para entrenarse en el país del norte en la sucesora de la tristemente célebre Escuela de las Américas, donde entrenaron militares argentinos que después aplicaron esa mecánica de la tortura planificada para obtener información durante la Dictadura de Videla. Fueron miles los militares que fueron por la Escuela de las Américas, siendo destacados violadores de los Derechos Humanos, entre ellos los argentinos Leopoldo Galtieri, Roberto Viola, el boliviano Hugo Banzer Suárez, el salvadoreño Roberto d’Aubuisson, además de dos de los tres oficiales vinculados con el asesinato del Arzobispo Oscar Arnulfo Romero, y también tres de los cinco oficiales citados en la violación de cuatro religiosas de EEUU, y diez de los doce militares que participaron en la masacre de 900 civiles en la localidad de El Mozote en El Salvador. También figuran el panameño Manuel Noriega, que después la CIA se lo sacó de encima, el famoso por su crueldad Vladimiro Montesino, los chilenos Manuel Contreras, Miguel Kassoff y Álvaro Corbalán. Y también los conspiradores del golpe de Estado contra Evo Morales, en Bolivia, financiado en gran parte por Elon Musk, el dueño de Twitter, ahora X. Todo esto pasa cuando los gobiernos nacionales se subordinan al orden impuesto por el imperialismo. Primero utilizan el anzuelo de la «deuda externa», luego te condicionan con los intereses, y con las facilidades para operar en el territorio, o en las concesiones para sus Corporaciones. Lamentablemente nunca faltan traidores a la patria que actúan como entreguistas de «necesidad y urgencia».
Fuente: Rebelion
