La sentencia es de dos meses de prisión en suspenso, además de dos años de un régimen de conducta. «Fue una denuncia en el año 2022, por la Asociación Civil Ecoguay y la señora Ana Ardaiz, que preside esa asociación, que nos pidió que la acompañemos como querellantes», indicó.
El hecho ocurrió a fines de 2022 en el Club “Yaguari” de Gualeguay y fue denunciado el 6 de julio de 2023 por la presidenta de la Asociación Civil Ecoguay, con el respaldo de los abogados Juliana D’Arrigo, Fernando Di Benedetto y Cecilia Domínguez. Torrilla, apodado “Maelo”, golpeó a un caballo que se encontraba tirado en el piso, provocándole dolor. El animal, un caballo alazán de cola corta, se había negado a participar en la competencia, lo que llevó a Torrilla a agredirlo con un objeto contundente. El único imputado por el caso aceptó su culpabilidad en un juicio abreviado.
«Con las pruebas que había, la fiscal de Gualeguay estuvo muy bien porque hizo lo que no hacen los otros fiscales, que es aceptar la denuncia por jineteadas. O te las rechazan o te las cajonean», indicó Froy. En cambio, la fiscal tomó las pruebas presentadas y llamó a declarar a los testigos. Finalmente, llegaron a un acuerdo de juicio abreviado.
«La pena es irrisoria: dos años de prisión en suspenso», dijo Froy. Además, Torrilla debe seguir varias pautas de conducta:
- Mantener su domicilio actual y no podrá cambiarlo sin previo aviso al organismo de control.
- Curso de concientización: Deberá realizar un curso sobre el respeto y buen trato a los animales, cuyos contenidos mínimos incluirán la concientización sobre el trato digno a los animales, el reconocimiento de que son seres vivos que sienten y merecen respeto, y la adopción de prácticas responsables.
- Abstenerse de usar estupefacientes o abusar de bebidas alcohólicas: Torrilla deberá evitar el consumo de drogas y el abuso de alcohol durante el período de cumplimiento condicional.
Froy sostuvo que las jineteadas constituyen una infracción al artículo 3° de la Ley de Protección de los Animales que prohíbe los espectáculos públicos donde se hiera, mate u hostilice a los animales. «Los animales son transportados y mantenidos horas dentro de camiones-jaula. Los bajan picaneándolos y los siguen picaneando. Lo hemos visto en una jineteada en Jubileo», señaló.
Además, Froy sostuvo que los caballos son golpeados para que se rebelen ante la posibilidad de ser montados. «No quieren que el animal se amanse. Si no, ¿Cómo explicas que algunos caballos tienen las crines cortadas, las colas cortadas? ¿En qué momento se las cortan si es imposible acercarse al animal? Lo único que ellos hacen es provocar que ellos se rebelen ante la montada», dijo. Incluso, en algunas oportunidades, sostuvo que utilizan una montura con pinches. «Obviamente, cuando se sienta el jinete, el caballo empieza a retozar», dijo. «Es como un instrumento de tortura. Hay muchos secretos que no se dicen, se dice que es una tradición del hombre contra el animal, pero es una lucha desigual.»
Por último, Froy sostuvo que el fallo debe marcar un antes y un después respecto del apoyo oficial a las jineteadas. Por un lado, dijo que es un gran negocio y además hay muchas personas comprometidas políticamente con esa actividad. «Si no hubiesen salido las leyes hace rato», indicó. Froy remarcó que no quieren que el Estado propicie las fiestas donde haya jineteadas. «Si quieren hacerlas, que las hagan, pero que ellos arriesguen su dinero. Que el Estado no les provea de ambulancias que faltan en otros lados y ellos las tienen gratis», precisó. El animalista sostuvo que hay muchas fiestas populares emparentadas con las tradiciones patrias como la Fiesta de la Artesanía, del Mate o de la Guitarra, etc. «Favorezcan a ellos, que se contraten unos espectáculos para que la gente se entretenga, pero no para que estos tipos hagan su negocio», explicó.
2 comentarios
Pan y circo
Aquellas tradiciones criollas nada tiene que ver con el puro maltrato del animal. Muchas explicaciones tendrán que ofrecer también por el asesinato de toros en las plazas de España y México pues no son mas que aquel verdadero circo romano para entretener a la plebe que gasta su dinero para ver correr sangre. Aquellos caballos criollos les debemos más respeto reconociendo linage por tanto que nos ayudó a la independencia. Basta de maltrato, basta de ver correr sangre mientras en las gradas concurre la estupidez humana. Aquí están escondidos los negocios veterinarios representado en empresas y médicos veterinarios bien pagos para disimular el martirio del animas cuyo premio de sus últimos días muy cansados de tanto rebenque y espuelas los suben a camiones jaulas para venderlos a frigoríficos. C
Beatriz
¡Clarísimo!
¡Irrebatible!
Un poco de sensibilidad, humanos!