Agradeciéndole a Manuel Puig, facilitarnos el título para la nota, proponemos como ejemplo de lo afirmado, lo ocurrido con el glifosato:
Aniquilaron la “subversión”, ahora vienen por el remanente que les molesta: los ‘ambientalistas’, aquellos que tratan de ponerle algún freno a su codicia irracional.
Sabemos que este subtítulo es polémico, pero cuando afirmamos que fueron exitosos en el cumplimiento de la orden impartida desde un gobierno ‘peronista’, (para los desmemoriados, el de Isabel Perón) lo decimos porque hoy han desaparecido de la realidad política los ‘subversivos’, o sea aquellos que querían -según la RAE: “Cambiar el orden establecido”.
Fíjense que, en la última contienda electoral, el pueblo debió elegir entre dos opciones, la primera un ´capitalismo bueno’ la que proponía Massa cuando ingenuamente ¿? pedía a los empresarios que fueran sensibles, que tuvieran compasión de los desposeídos y pobres en general (o algo más o menos así). Un exhorto que hemos escuchado en los últimos 40 años en repetidas oportunidades, la primera Alfonsín, la última a Alberto el bueno.
La segunda opción: el capitalismo feroz, irracional, que se devora sus propias entrañas, que es la que está ejecutando Milei, cumpliendo el rol que le diseña su macriavélico conductor, y detrás de bambalinas, los Rocca, los Eurnekián y el resto de los feroces carnívoros que comparten, con el hocico ensangrentado, el festín de nuestras vísceras que están fagocitando aquí y ahora.
O sea, ratificando lo afirmado: ya no hay subversivos, nadie quiere subvertir el modelo de sociedad que transitamos, en todo caso algunos que quieren “humanizarlo” (SIC), pero no cambiarlo.
Y entonces, para jorobarles la vida, llegaron los ambientalistas.
El mismo escenario se repite en los cuatro puntos cardinales: mega empresas, controladas por un grupo poco numeroso de financistas sin patria ni bandera. Solo para Ejemplificar: Larry Fink, el que controla Bayer, Monsanto, todo el litio argentino, los principales bancos privados del país, etc. Vienen, en nuestro territorio por los recursos naturales, o sea la fertilidad remanente, los acuíferos y los minerales de nuestra cordillera. Y cuando los pobladores se revelan porque están avasallando su derecho a una vida sana sin contaminación, sale a “aniquilarlos” como ya hicieron, más que exitosamente, según relatamos párrafos atrás, con quienes querían cambiar el orden establecido, hace medio siglo.
La “batalla de Gualeguaychú” en la defensa del humedal destruido por especuladores inmobiliarios
En el mundo de la ciencia no existen dudas acerca de la importancia capital de los humedales para la calidad de la vida vegetal y animal, especialmente la del ‘animal humano’.
Prueba de esto es que hace ya más de 50 años, en 1971, se firmó el Tratado Ramsar, entre los principales países del planeta, entre otros: Gran Bretaña, Irlanda del Norte, México, España, Suecia, Australia, Noruega, China, Italia, Países Bajos, Japón, Argelia, Francia, Ucrania, incluyendo a nuestro país-
La Convención Ramsar sobre Humedales, tiene por objetivo promover acciones nacionales y la cooperación internacional para la conservación y el uso racional de los humedales. Entre otras razones porque son primordiales para la preservación de la calidad del agua dulce, la formación de los acuíferos subterráneos, y la preservación de la biodiversidad que albergan.
En Argentina, uno de los países del hemisferio sur, con mayor diversidad de humedales a proteger existen, hasta el presente, 23 Sitios Ramsar, que abarcan una superficie total de 5.687.651 hectáreas, algo así como la tercerea parte de la Mesopotamia, territorio que aloja muchos de los más valiosos del país. Entre los que se encuentran los comprendidos en el sur de la provincia de Entre Río, que luego de Corrientes es una de las más beneficiadas con estas formaciones naturales. Incluso, en esta última, se encuentra el segundo mayor humedal sudamericano, los Esteros del Iberá, que sigue en importancia al Matto Grosso, el humedal más grande del mundo, ubicado en la región sur de Brasil, alcanzando en sus extremos hasta Paraguay y Bolivia, con una extensión total de 340 500 km². Es posiblemente el ecosistema más rico del mundo en biodiversidad de flora y fauna.
“CASO AMARRAS” un caso emblemático de demonización de los ambientalistas
Repetimos, para no discutir con cabezas de termo, que ‘Amarras’ no inventó las crecientes sobre Gualeguaychú, pero tal lo demostrado por la Ciencia (la Universidad Nacional de La Plata), los Jueces locales que intervinieron en la causa, y final y lapidariamente, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la destrucción de este enorme humedal protegido, potencia y magnifica el flagelo de las mismas sobre los pobladores locales.
Pero ocurrió, que, con la complicidad de funcionarios mendaces, ignorantes y corruptos, Ud. póngale el calificativo que le corresponda a cada uno de los que intervinieron en la causa, el nefasto proyecto siguió adelante, hasta que finalmente la Ciencia y la Justicia, le pusieron un freno definitivo. Pero es tanto el poder del dinero, que sus promotores están tratando de revertir lo irrevertible: un Fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Y en el camino nos explican lo inexplicable: que en realidad todo es un malentendido provocado por la versión moderna de los “subversivos”: los ‘malditos ambientalistas’ que con sus delirios (SIC) impiden el progreso económico e interrumpen el tránsito hacia la felicidad eterna al que nos están conduciendo con el modelo de sociedad que ellos lideran, ya sin el freno de los ‘capitalistas humanistas’ (SIC), que en la actualidad, están lamiéndose sus heridas y considerando, disimuladamente, las oportunidades que tienen de sumarse al modelo vencedor.