Los números son apabullantes: en solo dos meses los jubilados tuvieron una quita del 40 % (+/-) de sus magros haberes. Al igual que los 3.400.000 de empleados públicos[i] del país, a quienes se acaba de anunciar que sus retribuciones han sido congeladas a los valores de diciembre, por todo el año, con lo que el poder real de compra de sus ya magros salarios, ha tenido una quita equivalente a los de la clase pasiva, pensionados y beneficiarios de planes sociales. Y eso solo hasta ahora, porque la inflación continúa en disparada.
Y nada permite imaginar se frenará, porque ‘el campo’, eufemismo que nomina a las organizaciones empresarias de productores rurales conducidos por las multinacionales que saquean nuestro comercio exterior de granos acaba de anuncia que, a este valor del dólar, (que, recordamos se más que duplico en diciembre y provoco la estampida inflacionaria) no piensan liquidar una bolsa de granos de la inminente cosecha. Con lo que las expectativas inflacionarias que asoman en el panorama inmediato son huracanadas.
Entre pasivos y activos en el estado estamos hablando de más de 10.000.000 (diez millones) de personas, de las que por lo menos el 50% apoyó con su voto a LLA. No es necesario presumir de pronosticador social para inferir que de esa masa de ciudadanos debe haber una deserción notable, en los apoyos que colectó la divisa política que prometió descargar el peso de la crisis sobre ‘la casta’, eufemismo empleado a mansalva, por el individuo que colectó masivas voluntades, convocando a los desprevenidos argentinos a terminar con los usufructuarios del sacrificio nacional. Y el pueblo compró, harto de una clase política mendaz que ha utilizado el poder para enriquecerse ellos y sus familias, (tal lo hemos comprobado por estos días los entrerrianos con el escándalo de nepotismo del ex candidato a gobernador por el peronismo, Adán Bahl, a quién por lo visto solo se le escapó el perro, de otorgarle un cargo público trucho)
El brutal peso del ajuste se está descargando sobre aquellos que ilusionaron iría por otros rumbos. Y como se trata de la comida y los remedios, que hay que mencionarlos, porque su consumo ha caído en un 40% según informan las cámaras del sector. Y esto no significa que nos esta invadiendo una epidemia de salud; por el contrario, hay miles y miles de argentinos cuya salud, en este mismo momento se está resintiendo aceleradamente, al no poder acceder a los tratamientos que necesitan. Algo horrorosamente cruel, tanto como dejar a los comedores populares desabastecidos de alimentos, en un cóctel monstruoso de hambre y enfermedad que solo tiene un destino. Un fenomenal colapso social que más temprano que tarde se cierne sobre nuestros hombros.
Mientras tanto, ‘la casta’ o al menos ‘la casta política’ negocia los ‘banelcazos’ que pretenden recibir por dar su voto al otorgamiento de superpoderes al individuo que tiene como su principal asesor a su perro muerto, con el que, asegura, habla cotidianamente para recibir sus consejos.
[i] https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/jefatura/2023/08/Ponencias-completas/Solano%20y%20Kaczmarczyk%20-%20Empleo%20P%C3%BAblico%20y%20capacidades%20estatales%20.pdf
HUGO
Fuera kirchneristas, dejen de molestar!! Hasta nunca!!
Juan
El pueblo reunido debemos sacar estos porteños tránsfugas cipayos que entre dos los días se nos cagan de risa a 47 millones Argentinos. Terminemos con estos payasos y con el porteñaje, que vivió y vive a espaldas del resto del país u de sus trabajadores. Hay que echarlos a la calle, mugre miserables, 20 tipos pisotean u roban una nación entera. Y después culpan al Peronismo