Pero además, si esto fuera poco, está el nuevo negocio del tráfico de drogas y de sus cárteles, es que se han involucrado en el negocio financiero. Hoy uno de los negocios financieros más grandes del mundo es el financiamiento de la deuda de los países atrapados por sus deudas públicas de difícil solución. Tanto en el mundo como en Argentina, este sistema convive con todas las organizaciones delictivas del narcomenudeo a través de las Policías locales, Militares, Gendarmerías, etc. Pero NADIE pone el dedo sobre adónde va a parar ese dinero, que es el «capital financiero» que se maneja a través de los famosos «Fondos de Inversión» y Paraísos Fiscales. En definitiva, ese dinero va a recomponer las deudas públicas de los países, porque cuando un país se endeuda, no pregunta el origen de los fondos. Por eso Argentina es una máquina de endeudarse. Eso se llama a veces «deuda privada», y gracias a la deuda se lava dinero en «negro» que viene del narcotráfico. Existe una estructura financiera superior que es la que maneja estos negocios. Por ejemplo, el Banco Central de Argentina debe por las «Leliq» 33 billones de pesos; los titulares de ese dinero son otros bancos que manejan Fondos de Inversión, pero argumentan que no pueden decir el origen de esos fondos, porque sus clientes son «secretos» y se amparan en la confidencialidad bancaria.
El problema es que está universalmente aceptado que un Estado Nacional tiene por lo menos cuatro atributos, a saber: territorio, poder de coerción, monopolio y legitimidad. El Narcotráfico aglutina en su órbita tales ámbitos funcionales del aparato estatal en vinculación con las instituciones formales del Estado. El Narcotráfico es territorial. Tras la «conquista» del territorio por la guerra y el sometimiento del adversario en la competencia, el cartel vencedor coopta o aniquila a los del cartel vencido. Posteriormente, establece un rígido control de la «plaza» a través de diversos agentes de proximidad: policías, algunos taxistas. Los vigilantes, en las grandes ciudades, los vigilantes llamados Halcones, viajan en motocicletas. Cabe destacar que el objetivo central es el control del territorio, ya que les permite dictar las leyes que rigen el lugar. El Narcotráfico es coercitivo. Es la violencia que dota de estabilidad a la victoria después de la «guerra». Lo mismo que en las antiguas mafias italianas, cobra impuestos por supuesta protección, y también a los negocios clandestinos o en negro. La falta o incumplimiento de pago se traduce en el cierre violento del negocio o la violencia física sobre el dueño. En las grandes ciudades, el cartel que gobierna la plaza «riega» con dinero a los periodistas o medios a cambio de «lealtad» (léase silencio). El Narcotráfico busca siempre legitimidad a través de la prensa televisiva para controlar la información que circula y conquistar simpatías entre el público a través de estrategias de comunicación.
La aparición de nuevas drogas de consumo masivo fabricadas en laboratorios, como por ejemplo el Fentanilo, casi cien veces más fuerte que la cocaína, se fabrica en México y está causando un desastre en los EEUU, que ven pobladas sus calles de personas convertidas en verdaderos «zombies» ambulantes. Esta droga ha ido reemplazando poco a poco a la cocaína, por lo cual la ruta de esta última se trafica por la vía sudamericana, bajando desde Colombia, Perú, Bolivia y Paraguay por el Río Paraná con decenas de puertos, incontrolables algunos, y con «bandera falsa», comercializan además de 20 millones de toneladas de granos que, también algunos con bandera de otro país, los productores argentinos evaden los impuestos por lo cual se calculan en miles de millones de dólares por no realizar las inspecciones que debieran. Por eso la construcción del Canal Magdalena ha tenido una obstrucción en su ejecución de una operatoria que data de muchos años.
Con respecto al narcotráfico de otra droga pesada, a la cual son muy adictos los norteamericanos, es la heroína. La materia prima para la elaboración de esa droga viene de Afganistán y Pakistán. Cuando los «yanquis» invadieron Afganistán, había solo 4.000 hectáreas de la planta Amapola, de cuya flor se extrae la sustancia vegetal para fabricar el opio, y luego la heroína. Después de 19 años de intervención, EEUU dejó 25.000 hectáreas sembradas. ¡Qué tal! También China, en el Siglo XIX, utilizó el opio para dominar a los Mandarines. Por eso no asombra que el negocio de la droga sea una de las multinacionales que más facturan en el mundo, a través de operatorias ilegales, también de algunas instituciones no tan legales, como ciertos Bancos dispuestos a lavar el dinero en negro, manchado con sangre que deja la figura del Narcotráfico y su comercialización.