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domingo 8 de diciembre de 2024
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Nota escrita por: Federico Odorisio
miércoles 1 de noviembre de 2023
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¿Toda inundación es política?: ¿A quiénes preservar ante una crecida extraordinaria? ¿A los que están aguas arriba (que son pocos) o a los que están aguas abajo (que son muchos)?

Con cada nueva crecida importante del Río Uruguay, el agua, además de causar desgracias, angustias y cuantiosas pérdidas económicas, trae consigo antiguos reclamos de los ciudadanos que viven aguas abajo de la represa de Salto Grande. Estos ciudadanos solicitan que la represa administre el flujo de agua un metro por encima de lo habitual. Según un informe de DIARIOJUNIO (https://www.diariojunio.com.ar/inundacion-en-los-comercios-de-la-costanera-lamentan-los-perjuicios-y-cuestionan-a-la-represa/), un comerciante afectado en la Costanera, portavoz de muchos vecinos de la zona, sostuvo que la única forma de mitigar las crecidas es modificar la operatividad de la represa de Salto Grande. De lo contrario, advierte, las inundaciones ocurrirán con más frecuencia: “Ellos (la represa) se manejan con una altura de 35,50 metros y no quieren pasar de eso porque, si superan esa altura, el agua ingresa en la cota de expropiación aguas arriba de la presa, inundando los campos y generando indemnizaciones automáticas. Por lo tanto, cuando saben que el río va a desbordarse, reducen la altura del lago y esperan llenar el embalse con el agua que proviene del norte. Pero solo hasta los 35,50 metros. Son prolijos. Pero siendo prolijos para no inundar arriba, nos inundan a nosotros, total acá no se paga nada”.

Un importante funcionario nacional aseguró que la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande debió haber presentado el Proyecto de Manual de Manejo de las Aguas a la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU): “Sin embargo, no lo hicieron adrede y lo aprobaron por un organismo de interconexión eléctrica”, aseguró la fuente consultada. “Lo que están pidiendo los vecinos y vecinas de aguas abajo es razonable y claro que Salto Grande puede hacerlo. De hecho, en muchas oportunidades, en años anteriores, lo ha hecho. Ellos te pueden poner varios pretextos, pero hay un aspecto importante y es que necesitan mantener el mayor salto de agua disponible, porque eso significa energía y dinero. En definitiva, priorizan la generación de energía, el dinero”, acusó.

“Si se mira desde el punto de vista de generación de energía, hay un salto ideal, que es la diferencia entre la altura del río y la altura del lago: “Ellos van a tratar de mantener siempre ese salto ideal para la generación óptima. A su vez, tienes los aportes que van entrando, que se pueden predecir, pero, por ejemplo, esta lluvia en la cuenca inmediata, la manejas como puedes, entonces se va bajando el lago para poder recibir el aporte hídrico que viene desde arriba. El salto nominal son 25 metros para el diseño que tienen las máquinas de Salto Grande. Por eso, ahora con la creciente, con el lago entre 32 y 34 metros promedio y el río en entre 13 y 14 metros promedio, la represa está trabajando con un salto muy bajo. Por estos días, el caudal nominal que está pasando por las turbinas es algo más de 7000 metros cúbicos por segundo, que es casi el nominal máximo para las máquinas con las que se cuenta, sin embargo se está generando la mitad de potencia porque no le da el salto del agua. Por cada metro de salto que se pierde, se pierde aproximadamente un 4% de generación de energía”, explicó un ex ingeniero de Salto Grande.

Sobre este punto, un actual trabajador del área técnica adujo que esto significa que “las maniobras se están orientando a favorecer el drenaje del agua, manteniendo los niveles dentro de un margen mínimo y máximo, y amortiguando los picos de la creciente. Cuando hablan de que es para no pagar a los ribereños de arriba que se inundan acá abajo, no sería tan así. Hay muchas limitaciones técnicas en la operación, limitaciones de diseño de lo que puede evacuarse del vertedero, el funcionamiento de las turbinas y tampoco se puede detener la generación plena porque hay acuerdos firmados por los despachos de ambos países”, explicó.

La primera inundación grande con la represa ya construida y funcionando fue en el año 1983. Los memoriosos recuerdan que por entonces Salto Grande soltó agua de manera indiscriminada, permitiendo que ocurriera una inundación terrible en Concordia. Era julio del ‘83. En cuestión de horas el río subió con una velocidad que la gente no pudo sacar ni los cuadros de las paredes. Después de eso, ante el enorme malestar social, durante un tiempo, se priorizó atenuar las crecientes, aún a costa de una fuerte caída en la generación de energía: “En primer lugar, permites que el embalse suba hasta 36 y pico, cuando subes el embalse hasta 36 y pico, para aguantar que no sea tan grande la inundación en Concordia, estás inundando a los que están aguas arriba, que son pocos, para preservar a los de abajo, que son muchos. Por ejemplo, en el año ‘92 que bajaba un enorme caudal de agua, sin la presa hubiéramos tenido más de 18 metros de altura. Pero desde comienzos del año 2000 a la fecha se volvió a priorizar el que se jodan los de aguas abajo. En el río, en Concordia, nos estamos hablando de 15 metros, ya con 12 metros, fuiste. Y 12 metros los tenés, digamos, bastante seguido. Está bien, son crecidas, llamémosle extraordinarias, no es lo normal, pero se repiten con bastante frecuencia. Así que, bueno, ellos tienen que saberlo”, dijo una ex autoridad municipal que vivió varias inundaciones.

Si se busca un trasfondo político y económico, no se puede obviar que a los ribereños se les tiene que pagar cuando se inundan y a los de aguas abajo no. Los vecinos de aguas abajo de la represa dan cuenta que la única ayuda que recibieron fue, en 2015, un crédito a 36 meses sin intereses. En tanto, las erogaciones que demande el cumplimiento del pago de indemnizaciones a los propietarios y arrendatarios aguas arriba de la Represa Salto Grande, cuyas superficies se vean abnegadas por operaciones del Complejo Hidroeléctrico de Salto Grande, sobre una cota entre 36 y 37 mts. sobre la presa, “estarán a cargo del Poder Ejecutivo Nacional, afectando al caso los ingresos obtenidos por la generación de energía eléctrica de la parte correspondiente a la Argentina en la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande”, según explica el artículo Nº10 de un decreto del año 2005 ((https://www.argentina.gob.ar/normativa/nacional/decreto-172-2005-104236/texto);  por ende se puede inferir que también repercute sobre los excedentes que resultan de dicha generación de energía, si es que en la actualidad hay excedentes dado el muy bajo precio que se le paga a Salto Grande.

En el año 2015, durante la última gran inundación, el ya concejal Daniel Cedro exigía que se debía comenzar “a discutir fuertemente el control social que tiene la comunidad respecto de Salto Grande”, porque “en casos de emergencia las decisiones no son unilaterales. Son colectivas y el ámbito es Defensa Civil. Eso tiene que quedar claro”.

A la Secretaría de Energía, al Ministerio de Economía y al Estado Uruguayo, les puede ser prioritario generar energía, lo que significa dinero, y no resolver la situación aguas abajo. De ser así, la Delegación Argentina no tendría la decisión plena para definir las políticas por sí sola.

Así inclinada la balanza, los vecinos aledaños a la costa del Río Uruguay, aguas abajo de Salto Grande, exigen que se avance con la construcción de la Defensa Central que se había prometido en 2015.

Mientras tanto,  la respuesta parece estar en la afirmación de la pregunta que dio pie a este escrito: Toda inundación es política.

  • El argumento de la generación de energía cae por sí mismo. Para aumentar el salto de agua hay que subir el nivel del lago, que está bajísimo desde hace años. En esta creciente no se priorizó la generación de energía. El lunes 23 cuando se tomó la decisión política de mantener los vertederos abiertos (no lo que pasa por las turbinas), el lago estaba a 31 m y el puerto de Concordia a 12. Cuando el pico de la creciente llegó, el lunes pasado, una semana después, el lago no llegaba a 34 m y el puerto de Concordia llegó a 13,62 m. El lago todavía podía subir 1,5 m para recién alcanzar la altura de operación normal de 35,5 m. Sin tener que indemnizar a nadie, porque hasta esa cota está expropiado. Y ya el rio bajaba hasta la entrada del lago, porque otra cosa es si siguen llegando caudales importantes de agua. Ayer ya bajaron el nivel del lago (33,37 m hoy, https://contenidosweb.prefecturanaval.gob.ar/alturas/). Viene otro pico, pero menor que el anterior y también pasajero.

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