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Nota escrita por: Sergio Brodsky
domingo 6 de julio de 2025

domingo 6 de julio de 2025

El frío y la calle
Por: Sergio Brodsky
Este frío polar me recordó un cuento de Chéjov. Se llama La tristeza. Yona, su protagonista, un cochero, está doblado, gélido sobre el pescante de su coche, blanco como su caballo, pintados ambos por la nieve que caía persistente. A cada pasajero, Yona buscaba contarle su desgracia: su hijo había muerto. Un militar lo rezongaba, indiferente, diciéndole que no se distraiga y se calle. Unos muchachones salidos de una juerga se burlaban, ácidos, de su infortunio. Finalmente, en un refugio para pobres, Yona narra su tristeza a su noble caballo y, tomado por las alucinaciones de su necesidad de compasión, cree ser escuchado con atención.
Por: Sergio Brodsky

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El frío es la soledad, el abandono, la crueldad. Es el desinterés, la desidia, la apatía frente al dolor del otro, el congelamiento de los corazones. Durante la ola polar, el Consejo de Educación discutía si había que ir a clases, mientras decenas de personas morían de frío en el país y nuestras escuelas públicas están destrozadas y carecen de calefacción. Esa discusión absurda es la burocratización del mal, la reglamentación de la impiedad.

En Concordia, el Municipio despidió arbitrariamente, de un plumazo, con una frialdad gélida e indolente, a más de cien trabajadores. El frío: la insensibilidad en los corazones. El presidente municipal dijo, como primera respuesta, que “si mal no recuerdo, son 84 contratos”, en el ejercicio glacial de una memoria vacilante, dubitativa y cruel.

Ahora los cuatro gremios municipales se unieron contra el atropello. Ojalá puedan recuperar la dignidad de los trabajadores y trabajadoras. Muchas jefas de familia, sostén del hogar, sufren la angustia indecible de la miseria en ciernes, en una ciudad sin trabajo digno, en la que el desempleo crece como una mancha de aceite por los despidos en empleos públicos y privados, en la que familias enteras comen de la basura, sin escándalo.

Una ciudad en la que los grandes contenedores verdes del centro rebosan de niños, moscas, suciedad y escoria, en un obsceno espectáculo de degradación humana. Una ciudad en la que casi ocho de cada diez niños son pobres, en una sociedad helada. Decenas de personas en la vía, sin rumbo, desesperadas. En “situación de calle”, según el eufemismo oficial.

Es un modo muy cínico de nombrar a los excluidos, expulsados, condenados de un sistema inhumano. Es un modo de nombrar que habilita a interpretar la calamidad como una condición casi natural, como si esas personas eligieran vivir en la calle, como una vocación, un destino, una enfermedad o una deriva al vicio.

Así, el año pasado, una persona en situación de calle murió de frío en Concordia, al tiempo que una sociedad se murió de invierno. Un hombre sin nombre. La encargada del “refugio” municipal dijo, en ese momento, que los “enfermos mentales” que habitan ese álgido espacio infinito se oponían a ir y que no podían obligarlos.

El artículo 20 de la Ley de Salud Mental establece las internaciones involuntarias ante las situaciones de riesgo cierto o inminente para sí o para terceros. Lo son las noches heladas. También lo son las almas yertas.

Las personas “en situación de calle” pueden ir a los “refugios”. Reparemos en las palabras, porque definen miradas. Hablamos de refugios: ¿de qué guerra se trata?, ¿quién es el enemigo? Un ejército de frío, con las armas de la indiferencia y arsenales de maldad.

Para el extremo fascista de los actuales gobiernos, las personas expulsadas a las calles, sin trabajo ni vivienda, son en realidad viciosos. Y los sacan con violencia y sadismo. Esas personas son, en realidad, los condenados de la Tierra, en un mundo kafkiano, de la arbitrariedad y la desmesura del poder, así llamado judicial, que ni se inmuta frente al vaciamiento de todos sus derechos.

El universo de La colonia penitenciaria (1), donde una contravención se paga con cárcel de máxima seguridad, donde jubilados y niños son gaseados y apaleados. Se trata de una definida e inusitada política del terror y la crueldad, a la que hay que oponer, como proponía Fernando Ulloa, el gobierno de la ternura.

Para el genial psicoanalista, la ternura no es un sentimiento blando o ingenuo. Es un concepto político profundo, de resistencia a la ferocidad y a la barbarización de los lazos sociales que atraviesan nuestros mundos. Recupera un concepto caro al Che, que recomendaba, aun en la más cruda de las resistencias, no perder la ternura. Agregaba: jamás. Ni dejar de sentir como propia la injusticia que se ejerce al semejante.

Oponer, es la tarea, a la estúpida regresión de la crueldad, una “Argentina humana”. Así lo hace ya, sin vacilaciones, un grupo de personas entrañables, plenas de sensibilidad, nucleadas en “Patria Grande”, que todos los martes prepara comida para llevar a los desposeídos de las calles congeladas; remedios y atención médica, con los doctores Cristian y David, verdaderos ejemplos de solidaridad en acto.

Hay que sumarse, sin dudas. Hay que sumarse activamente o a través de donaciones, a esos seres cálidos, de corazones afectuosos, cuyo objetivo es compartir solidaridad a manos llenas (2).

Esas acciones empáticas, directas, sin retóricas ni componendas políticas, representan un gesto esperanzador de esa Patria que tiene que emerger, que se va a parir con dolor, pero también con mucho amor, en un proceso histórico ineluctable que, como dice Mario Benedetti, depende cada vez más de nosotros y menos del azar, de un futuro que “lento, pero viene, lento, pero viene” (3).

El frío de los pobres (Juan Gelman)

El frío de los pobres que un día triunfarán
Cruje en el fondo del país
Torturado
Callado
Crepita otoñando padeceres
Se le caen las hojitas
Olores secos
Van al suelo
Se pudren
Alimentando la furia que vendrá.

(1) Se sugiere leer En la colonia penitenciaria, de Kafka, un cuento de notable actualidad.
(2) Para sumarse a las acciones de Argentina Humana de Patria Grande, o realizar donaciones de alimentos, medicamentos o abrigos, comunicarse al (3454) 163368.
(3) Lento pero viene, poema de Mario Benedetti.

Sergio Brodsky

3 comentarios

  • Bravo Carlos Fabián

    Lamentablemente..mi opinión al respecto es muy carenciada como fué mi vida desde que nací… nací en la extrema pobreza con un padre y una madre .sin estudio sin mano de obra calificadas.comiendo de la basura .éstos problemas vienen de tiempos remotos.la falta de educación y la mala alimentación de un pueblo .castigado i anbreado por el poder política neoliberal.el poder judicial i las.iglesias politizado.ese poder que excluye al más bugnerble no deja ni quiere que las generaciones del pobre se superen .por qué somos alimento de ellos…le meten la droga a los pibes i pibas generaciones pérdidas i se llenan la boca diciendo que ban a «combatir la droga»lo veo a diario en los barrios como asen colas en los comedores para comer un plato de comida gente en los container revolviendo la basura para buscar algo de comer .gente durmiendo en las calles .beo los gobiernos locales provinciales i nacionales . tirando las migajas al suelo para que la recojan los pobres i así tenerlos sometidos. no puedo creer que en un pueblo con una tierra tan rica en minerales dónde plantas i sale cualquier verdura o fruta donde podés criar cualquier tipo de Animales estemos tan mal
    🙏🕯️.

  • ciudadano conciente

    Si esta nota cruda, realista,sumamente humana no conmueve las almas de nuestros congéneres, sobre todo a quienes tienen la responsabilidad de resolver la situación (incluyo a quienes siguen sosteniendo este crímen) , son eso: CRIMINALES. Incluyo aún hasta quienes son responsables de poner en la caja boba una papeleta que nos ofrecen cada tanto para hacernos creer que eso es democracia. A esta altura de los sufrimientos del pueblo y la entrega de la Soberanía Nacional, aquella que San Martín, Belgrano, Güemes y tantos PATRIOTAS nos legaran, son cómplices de esta tragedia que se acrecienta cada día. Todos somos responsables si no hacemos nada para revertir la situación inhumana tan bien expuesta por una pluma que, además de denunciarla, la hace con brillante pluma.

  • Cómo siempre ,Sergio y su pluma,describiendo con total certeza una situación q nos compete a todos, pero son pocos los q hacen algo,es más facil mirar para otro lado.

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