un testimonio en primera persona de la crisis en la construcción

Después de trabajar en la Autovía 18, siguió ejerciendo en diferentes obras como construcción de rutas o ampliaciones para otras empresas y en tras ciudades. Se desempeñó en Gualeguaychú, en Gualeguay, en Santa Fe, Córdoba. En Buenos Aires trabajó en la ampliación de la pista del Aeropuerto de El Palomar ubicado en la zona oeste del Gran Buenos Aires. Una base militar que utilizada por aerolíneas low cost como ‘Fly Bondi’ durante el macrismo para vuelos comerciales, pero se cerró en la pandemia y nunca más volvió a reabrir para recibir aeronaves de pasajeros.

Orellano trabajó para empresas del rubro como Luis Losi, Covimer, Caminos del Río Uruguay, etc. A su vez, se desempeñó en varias funciones. Comenzó como ayudante, banderillero, ayudante de mecánica, fue maquinista de cargadora frontal en camión volcador, chofer de camión que suelen cargar asfalto, cemento, ladrillo, madera para encofrado, broza, basalto triturado. Luego fue ayudante de laboratorio y gracias a que tuvo “buenos jefes y buena compañía” lo ayudaron en su crecimiento hasta llegar a ser laboratorista.

En ese recorrido, se especializó como técnico vial. Un laboratorista vial es la persona que realiza los ensayes rutinarios de control de calidad, el muestreo en terreno de los materiales a controlar y realiza los ensayos en laboratorio de acuerdo a la normativa vigente. “Es el que diseña la mezcla del hormigón, controla la calidad del suelo y los terraplenes de avance de obra”, indicó.

En diciembre de 2023, Orellano estaba trabajando en la ciudad de Las Flores. En noviembre de 2022, el entonces ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, junto al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ex administrador General de Vialidad Nacional, Gustavo Arrieta; y el intendente de Las Flores, Alberto Gelené, dieron inicio a las obras en un nuevo tramo de la transformación en autopista de la Ruta Nacional 3, entre Cañuelas y Azul. La obra, que forma parte del ex esquema PPP, está a cargo de Vialidad Nacional y consiste en la duplicación de calzada a lo largo de 3,2 km entre el fin de la variante de Las Flores y la intersección con la Ruta Provincial 30.

Trece meses más tarde, en diciembre de 2023, Orellano estaba trabajando allí. “Nos dieron el franco de Navidad y nos dijeron que estemos atentos al llamado para retomar y no se retomó”. ¿Qué pasó en el medio? El 12 de diciembre, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunciaba un paquete de medidas enfocadas en el ajuste del gasto público que, entre otros puntos, les pondría fin a las licitaciones de obras públicas de acá en adelante. Además, se iban a cancelar proyectos no iniciados. En ese momento, no tenía ningún sustento. “Nos dijeron ‘te llamamos’ pero a futuro. No teníamos sueldo y teníamos que rebuscarnos. No es que había menos sueldo o nos decían te reducimos el sueldo. No había nada: cero. Había que rebuscársela porque no sabíamos si iba a ser uno, dos, tres meses”, dijo.

Orellano decidió buscar trabajo en otras empresas del rubro. Envía currículums a Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe, dialoga con los encargados, pero la paralización es general. “Hay ofertas de obras con pliegos y licitaciones ganadas, pero no se inician. Te llaman, te hacen la propuesta, pero queda a futuro la obra porque no se inicia”, indicó.

Más adelante, Orellano -casado con una esposa que también debió comenzar a trabajar y dos hijas que concurren a la escuela secundaria- teniendo en cuenta que la posibilidad de volver a trabajar en la obra pública comenzaba a complicarse seriamente, decidió cambiar de rubro. Comenzó a trabajar en un emprendimiento de jardinería y corte de pasto esperando alguna señal de vida de la construcción vial. Cuando se dio cuenta que el parate va para largo, decidió buscar “algo más fijo”.

Y encontró trabajo en un criadero de pollos ubicado cerca de General Campos. Ya había trabajado en ese rubro cuando terminó la secundaria, en 2007. En el galpón debe encargarse del armado del galpón. “Lo que se dice ‘la madre’”, dijo. “Encargarse del alimento, del control diario de la temperatura, de la iluminación, detectar algunas enfermedades básicas”, explicó.

“El trabajó en sí no los podés comparar ya que es 100 % diferente el control de calidad de obra a lo que es esto. Y en salario menos porque no llegás ni al 40 % de lo que ganas en la obra pública. Este sueldo es para el día a día y para soportar este ‘pechazo’”, dijo. Orellano dijo que en la obra pública se ganaba más y se estaba más cómodo. “Son más horas en la obra no están en tu casa, sacrificas muchas cosas, pero tus hijos pueden estudiar y tienen todo lo que necesitan”, dijo.

La ex presidenta CFK, en un acto en la cancha de Arsenal en 2017, decía que no le parecía justo que el pueblo esté sufriendo. “Que nos hayan desorganizado la vida así” sostenía en referencia al macrismo que gobernaba en ese entonces. Eso es precisamente lo que le sucedió a Orellano: se fue un gobierno, llegó otro y, de repente, se quedó sin trabajo. “Yo soy cero política. Pero lo que veo es que le pegó a la clase media baja, al laburante le pegó, A mí me afecta en la parte monetaria en la diaria. Pero si no trabajo, no como. Esa es la verdad” dijo. Solo encuentra un antecedente de un cambio tan brusco en las condiciones de vida en 2001. “Me pasó cuando era estudiante, lo viví como hijo, como estudiante, y hoy lo vivo como padre”.

“Hoy estoy bien, la vengo remando y ojalá y esto mejore y podamos retomar con nuestro laburo”. dijo. Pero algunos de sus compañeros la están pasando mal. “Hay algunos que sinceramente no tienen ni para llega al día a día. Ni el plato de comida pueden llevar a sus familias, sinceramente. Toda la vida se han dedicado a la obra vial y es complicado comenzar en otro rubro”. En tal sentido, explicó que nadie puede dedicarse a la cría de pollos de un día para el otro. De por sí, sostuvo, las empresas son muy selectivas- “No sabes armar una madre, alimentar el pollo, ventilarlo, calefaccionarlo. No es fácil”