logo-diario
Director: Claudio Gastaldi
Concordia
sábado 5 de octubre de 2024
Nota escrita por: Guillermo Coduri
martes 24 de octubre de 2023
martes 24 de octubre de 2023

Inundación: las familias que prefieren los vagones a los galpones

El río Uruguay se encontraba esta tarde en 12,74 metros, nivel estacionario, frente al puerto local. A esa altura, el agua comienza a engullirse parte de la costanera y los vecinos del barrio Puerto saben que no pueden esperar mucho tiempo más para comenzar a trasladarse. Sobre las vías del ferrocarril, entre Carriego y Roque Sáenz Peña, esta mañana, había 11 vagones para ganado estacionados sobre una de las vías paralelas al ramal que corre hacia Osvaldo Magnasco. Ricardo Duarte, presidente de la comisión vecinal del barrio Puerto, aseguraba que había tres vagones más en camino. "Ya están las familias en la esquina esperando", indicó. Duarte explicó que la incertidumbre era muy grande porque esta mañana no sabían a qué altura iba a llegar el río. "No llegó a 13 metros pero estamos a la expectativa porque es lógico, nadie quiere que le llegue el agua a la casa", dijo. Alejandra Ledesma, vecina del barrio Puerto, también debió mudarse temporalmente a un vagón. Sostuvo que no tiene trabajo estable ni ingreso fijo como una pensión. “Lo que hago es vender algunos sandwiches para rebuscarme”, expresó a DIARIOJUNIO. La mujer remarcó que hay vecinos que no tienen familiares para alojarse y tampoco quieren irse a un galpón de evacuados. Por ello, prefieren quedarse en los vagones a pesar de que no es fácil permanecer en un lugar incómodo y sin baños.

Duarte vive en calle Roque Sáenz Peña, antes de la esquina con Moreno. Aunque no tiene agua en su vivienda, a los 13,50 metros es alcanzada. «Y está en 13, ahí en la esquina», dijo. Lo más preocupante es que si llega a 14,80 metros «llega hasta la vía», dijo. «A estos vecinos, a todos les llega el agua», dice señalando la hilera de casas cuyo frente da a calle Bolivia. En ese caso, estimó que se deberían evacuar entre 40 y 50 familias de todo el barrio.

Duarte mencionó que hicieron un trámite en la Unión Ferroviaria para conseguir algunos vagones y permanecer cerca de sus hogares. «La vamos remando», indicó. No obstante, a pocos metros, en la esquina de Roque Sáenz Peña y Bolivia, a media mañana, un grupo de vecinos, en su mayoría mujeres, esperaba sentado. No querían entrar en polémica con quienes estaban en los vagones pero aseguraron que estaban esperando desde las seis de la mañana que llegasen los furgones. Cuando los trajeron, fueron ocupados por otros vecinos. «Nosotros tenemos el agua más cerca», decía una vecina señalando calle abajo por Roque Sáenz Peña. Una persona se acercó y les dijo que ya iba a llegar seis vagones más, luego de hacer unas maniobras en Estación Yuquerí. «Estén atentos a la jugada», las previno varias veces para que no les volviese  suceder lo mismo y otros vecinos se les adelantasen.

El presidente del barrio indicó que esta noche harán una olla popular en las vías del ferrocarril para 20 familias. Duarte dijo que, quienes se quieran acercar, son bienvenidos para colaborar con fideos, pollo, papas, etc. «Todo lo que sirve para hacer un guiso», dijo. «Lo fundamental es que esté la gente contenida y que no le falte el alimento», indicó Duarte.

«Nuestra preocupación más grande es que esto no va a ser de un día. Va a ser hasta marzo. Va a subir el río y va a bajar», indicó.

Galpones o vagones

Alejandra Ledesma, vecina del barrio Puerto, vive en calle Roque Sáenz Peña al 500. “Tengo a media cuadra el agua. Ya está en Moreno el agua”, indicó. Las versiones que tenían que esta tarde iba a superar los 13.70 metros y que en el transcurso de la semana iba a llegar a los 14.90 metros. “Estamos hablando de que a esta parte de acá los saca a todos, no queda nada. Son cuatro manzanas que no queda nadie”, indicó

Ledesma explicó que mucha gente se va antes de que el agua ingrese por la puerta delantera. Primero ingresa a la vivienda por los desagües y las cloacas. “Ya no se puede estar, reventa por todos lados el agua”, destacó.

Por lo pronto, la mujer sostuvo que dejó “todo pronto para traer al vagón”. Entre otros muebles, la heladera, la cocina y la cama. “Todo lo que tiene una casa”, remarcó. “La ropa toda embolsada para traerla al vagón”, indicó.

Más adelante, explicó que lo primero que deben hacer es desinfectar y limpiar los vagones.  “Están re-sucios. Hay basura, hay piedra, hay de todo porque son vagones viejos que no se utilizan”, dijo. No obstante, la mujer se manifestó agradecida con el ferrocarril ya que, al menos, no se tienen que ir lejos.

La mujer sostuvo que muchos vecinos se van a la casa de algunos familiares, otros a los galpones como ex Bagley o el Polifuncional pero hay quienes no quieren ir allí. Tampoco pueden permitir alquilar debido a la difícil situación económica. Por ello, les piden ayuda al ferrocarril.

Mientras uno de los vecinos esta carpiendo en el ingreso a uno de los vagones, ya que el pastizal es elevado a esa altura de las vías, Alejandra admitió que no es fácil vivir en un vagón. Por un lado,  deben convivir dos familias ya que se calculaban que 11 furgones debían alcanzar para 20 familias. No hay sanitarios y deben arreglarse con baños químicos. Los vecinos colaboran entre ellos para mantenerlos limpios. Al menos, la Cooperativa Eléctrica les provee energía para no estar a oscuras.

Las dificultades en la vida de Alejandra, quien se define como ama de casa, no comenzaron con la llegada del agua. Antes fue alcanzada por la carestía en una ciudad cuyo nivel de pobreza alcanza al 58 % de la población, según el Indec. “No tengo ninguna pensión ni nada porque he querido hacérmela y no he podido”, recalcó.

“No tengo sueldo, no  tengo nada. Lo que hago es vender algunos sandwiches para rebuscarme: vendo en la costanera, vendo a los vecinos. Un poco me ayuda la Subprefectura que me compran. De eso me rebusco”, dijo. Pero con la Costanera inundada, ya no puede vender nada.

La mujer sostuvo que esta noche un pastor, Darío Buffet, va a venir a la noche para colaborar en la olla popular. La mujer sostuvo que se van a colocar tablones para servir el guiso. Pero advirtió que la ayuda es necesaria todos los días. “Realmente la gente que quedó es gente no pudiente. Hay gente que trabaja en las carpinterías, en los aserraderos, hay gente que trabaja en las fábricas. Hay gente que trabaja en las casas de familia. Hay gente en la cosecha pero calculo que debe estar parada. Pero son gente que no puede ir a alquilar. Hay que elegir entre los vagones y los galpones”, indicó.

Las viviendas sobre calle Buenos Aires, pasando Moreno, ya tienen agua en su interior.

‘Nuestro querido barrio Puerto’

No todos los vecinos del Puerto se mudan a los vagones. Natalia, vecina de Moreno y Buenos Aires, hace 26 años que vive en la zona. Ya perdió la cuenta de la cantidad de crecientes que vivió. A su vivienda, el agua ingresa a los 13, 80 metros. Esta mañana tenía cajas apiladas en la puerta de la casa. “Todo listo” para irse a la casa de su hermana. “Tengo los muebles listos, ya esta por venir mi esposo con una camioneta para ir a un galpón donde vamos a dejar siempre cuando pasa esto”, indicó.

Natalia sostuvo que, cuando baja el agua, viene primero su pareja para comenzar las tareas de limpieza desde que, en una oportunidad, se desmayó en medio de un cuadro de desesperación y la angustia.

A media cuadra, por Moreno, vive Silvia. La mujer definió su barrio como “querido y entrañable” ya que, a pesar de las situaciones vividas “angustiantes y traumáticas”, no lo cambian por otro. Entre otros motivos, por la solidaridad entre vecinos, los familiares, los compañeros de trabajo y hasta del gimnasio dice riéndose. “Si ya sacamos lo nuestro, vamos a ayudar al vecino y así”.

A los 14, 10 metros, el río ingresa por el fondo del terreno. “El momento en que entra el agua a tu casa es devastador. Es como que sentís que te usurpa. Es traumático”, dijo Silvia. La vecina sostuvo que construyeron una habitación en un primer piso y allí lleva todo lo que puede. Además, en la casa, hicieron una serie de reformas en la planta baja “anti inundación”. “Tenemos todo preparado”, admite. No obstante, si el río llega a los 14,50 metros, se debe mudar a la casa de su hijo porque ya tendría casi medio metro de agua en su terreno.

Silvia dijo que conoce el río al punto que se basa más en sus observaciones que en las informaciones que dan las autoridades. “Ahora ya sabemos que esta tarde el agua está acá. Y eso no va a depender de si llueve o no llueve. Si llueve es peor, se complica más”, dice. En ese sentido, recordó la creciente de 2015 cuando debieron trasladarse al igual que todo en medio de la lluvia “Fue un caos en todo sentido , toda la gente moviéndose al mismo tiempo con los vehículos y la gente que viene a molestar, mirando y ‘disfrutando’ el panorama”, recordó Silvia.

  • Para verdaderamente comprender el comportamiento del Río Uruguay aguas arriba,
    hay que familiarizarse con los datos que se vuelcan en esta página: https://www.saltogrande.org/index.php .
    Y en ella ver los «Datos Hidrológicos».-
    También en «Biblioteca» consultar las normativas para las maniobras de la represa .

  • ¿Por qué el lunes se tomó la decisión política de mantener los vertederos abiertos, cuando el lago puede crecer más de 5 m, el pico de la creciente ya está en el lago, el curso superior está en franca bajante y no hay pronóstico de grandes lluvias en lo inmediato? ¿Algo que ver con las elecciones? Ya el jueves se sabía que ni Salto Grande no contenía la creciente, la altura en el puerto de Concordia será alrededor de 14,70 m.