A las operaciones secretas de responsabilidad de la CIA, cabe añadir su estrecha colaboración con ejércitos y Servicios e Inteligencias de regímenes dictatoriales y «democráticos» de modo que EE. UU. es autor y cómplice de las prácticas terroristas de otros estados. Hoy no es solo la CIA la encargada de llevar el «terror» a cualquier lugar donde los intereses de EE. UU. se perciben como en peligro. El «demócrata» de Barack Obama, Premio Nobel de la Paz, duplicó, con respecto a sus antecesores republicanos, el número de países con operaciones especiales encubiertas de las Fuerzas Armadas, mientras que incrementó el uso de drones para ejecuciones de supuestos terroristas con los comprobados daños colaterales de civiles desarmados y una cantidad no determinada de civiles, mujeres y niños. Si tomamos la definición de la propia Oficina Federal de Investigaciones, al terrorismo como el uso ilegal de la fuerza o la violencia contra personas o propiedades para intimidar o coaccionar a gobiernos, a la población civil en persecución de objetivos o políticos. ¿Alguna vez EE. UU., sus aliados de la OTAN y su cómplice Israel, adhirieron a este precepto?
Porque es necesario definir el «terrorismo», tanto de los grupos pequeños como los Estados Terroristas. Resulta que un Estado puede cometer crímenes gravísimos, como los de guerra y lesa humanidad, a través de sus aparatos oficiales, pero tales crímenes solo entrarían en la categoría de terrorismo si se realizan mediante agentes clandestinos. Esto significa darle legitimidad a los países con poder de fuego a realizar con pretextos ridículos acciones de masacres previamente planificadas, como lo fue el derribo de las Torres Gemelas para que EE. UU. invadiera Irak, y tras la masacre, se quedara con su petróleo. Nadie levantó un dedo para calificar el hecho.
En lo que concierne a las acciones de Israel sobre Gaza, esta garantizada por el poder de veto que tiene EE. UU., y que no permitió que la ONU aprobara una resolución a la propuesta impulsada por Brasil para un «alto el fuego» y que había conseguido una mayoría para forzar a Israel a aceptar esa propuesta, y habilitar la entrada de ayuda humanitaria, que por ahora entran a cuenta gotas desde Egipto. La razón, o excusa, que dio Washington para imponer su veto es que el texto no mencionaba el «derecho a la defensa de Israel. Es que nadie se lo quitó. También Palestina tenía el derecho de defensa después de siete décadas de invasión y colonización violenta de su territorio.
Pero este Derecho a la defensa que esgrime Israel en la Ley Internacional, tiene límites. Ninguna respuesta armada, ni siquiera a la que sigue el principio de defensa, está por encima del Derecho Humanitario, que son parte de las reglas mínimas que creó la Comunidad Internacional hace décadas para evitar repetir los horrores de la Segunda Guerra Mundial. La convención de Ginebra y sus protocolos estipularon reglas básicas como que la población civil no puede ser objetivo de ataques militares y que puedan salir del conflicto, y que los trabajadores humanitarios deben ser respetados y que los establecimientos médicos o con fines humanitarios no pueden ser atacados. En estos días, francotiradores israelíes disparan sobre los heridos y médicos.
El «principio de Necesidad» de los ataques de Israel contra la Franja de Gaza es sin duda el más subjetivo. Las autoridades israelíes dicen que su ofensiva sobre un territorio asediado por aire, tierra y agua, con una de las mayores densidades poblacionales del mundo es necesario para destronar a Hamas y evitar un futuro ataque. (¿Cómo? ¿No habíamos quedado que el Hamas fue una creación de EE. UU., Inglaterra e Israel para combatir a la Autoridad Palestina, creada por Yaser Arafat, que luego fue asesinado con veneno? ¡Cómo nos cambia la vida! O sea que no, los grupos facciosos son terroristas, sino que hay muchas naciones de Occidente que han aplicado el terrorismo de Estado para someter y saquear a quienes no se adhieren a sus intereses. Eso es lo que está pasando ahora, tanto en la guerra Ucrania-Rusia como en Israel-Gaza.
Pero si esto fuera poco, detrás de esto hay enormes intereses del Capital Financiero Global que luego se lo vamos a comentar.
Juan
Bohmer.. una sola palabra basta. NAZI. No decís nada de los sirios, y libaneses, que matan palestinos.
Bernardo Bohmer
israel, lo peor de la historia de la humanidad.
Juan
Ustedes justifican a los terroristas. Los estados deben defender a su población, no escudarse en ellos. Aguante Israel y destruya al enemigo de occidente.
Korea del Centro
Muy acertivo el artículo. Espero el próximo, en el que imagino mencionará a BlackRock, entre otros capitales transnacionales y sus operaciones en Argentina. En ese aspecto podría ser interesante los vínculos con políticos locales, solo por mencionar un ejemplo, Mekorot (empresa israelí) y la relación con la provincia de Mendoza y la administración del agua. Por cierto esta empresa está señalada como privar de acceso al agua al pueblo palestino en sus propias tierras.
ER
Muy bueno y real, tal cual. Distinta vara. Y la historia de repite, nadie puede detener, obstruir u oponerse, a los designios de algunos países centrales, imperialistas y colonizadores, porque serán destrozados. Sucede de los imperios greco-romanos. Todo lo demás es cháchara. Y como dijo Jhon Adams, vice de Wasghinton, a los pueblos, se los domina, con la moneda, o con el acero de las armas. Y hoy con cero de humanidad, empatía y mucha indolencia, por parte del mundo.