¿Por qué aumentó tanto la harina? Valentín sostuvo que en la panadería se hacen la misma pregunta. En los molinos las respuesta varían y no hay un argumento claro de la suba. Algunos no están funcionando porque están efectuando fumigaciones o porque tiene maquinara rota y no las pueden reparar. Pero la realidad, es que “no están queriendo vender”, sostuvo Valentín.
En su opinión, debería comenzar a estabilizarse el precio de la harina a mediados de noviembre cuando comienza la nueva cosecha de trigo. “El trigo siempre se guía por el precio de pizarra en Chicago. Ese es el precio de referencia internacional del trigo”, dijo. “Con el mix que han hecho del nuevo dólar para las exportaciones, ha quedado un poco arriba el dólar del trigo. Y ese puede ser uno de los justificativos del aumento del trigo pero tampoco se justifica un aumento del 70 %”, recalcó.
Valentín sostuvo que el pan sólo se incrementó en un 22 %. El kilo costaba $ 800 y ahora vale $ 1.000. Pero el encargado sostuvo que la próxima semana debería costar cerca de $ 1.200. “Es lo que debería costar. Lo que pasa es que trasladamos solo una mínima parte del aumento de los costos a los precios al público porque el mercado no aguanta absorber mayores subas”, recalcó.
No solo se incrementó la harina. Otros insumos como la materia grasa siguieron el mismo camino al igual que los acuerdos salariales con el Sindicato de Obreros y Empleados Panaderos. Por ende, los aumentos se reflejan en todos los productos. Una docena de facturas vale $ 3.300, el kilo de pan de salvado $ 1.500. “Hubo algunos productos que sufrieron un aumento más que ottos pero todos han sufrido en relación al 20 % de aumento con relación al listado de precios del mes anterior que no se tocaba hacía dos meses más o menos”, remarcó.
Más adelante, sostuvo que no pueden incrementar más el precio al público porque necesitan mantener la estructura. “Nos vemos en una situación de bastante complejidad en relación a los costos y los precios de venta”, manifestó. “La realidad es que es una situación preocupante. No tenemos las reglas claras, no sabemos a cuánto va a llegar la bolsa de harina y si los molinos van a seguir entregando. Tenemos la esperanza de que con la nueva cosecha de trigo la situación de la harina se empiece a normalizar en noviembre. Pero hasta el momento, estamos en un limbo”, indicó.
Respecto de la recepción en los consumidores, Valentín sostuvo que están acostumbrados a encontrarse con precios nuevos todos los días. No obstante, ven menguada su capacidad de compra. “Ya no pueden seguir comprando la misma cantidad de cosas que compraba antes. Vemos un gran problema en el poder adquisitivo. Antes venían y compraban un kilo de pan, una docena de facturas y ahora compra de acuerdo a la plata que tienen en el bolsillo. ‘Dame $ 200 de pan, $ 300 de pan’ Ya no se lleva más por peso, lleva por plata”, sostuvo.
Harina sin precio
Hugo, propietario de una panadería ubicada en 1° de Mayo y San Juan, sostuvo que el precio del pan debió aumentarlo de $ 750 a $ 900. El kilo de galleta ya está por encima de los $ 1.000. Un kilo de pan de miga, cuando se acercan las fiestas de fin de año, cuesta $ 2.800. Un kilo de facturas cuesta $ 4.500.
El jueves pasado le informaron desde el molino que venía la bolsa de harina sin precio. “Eso es como estar a ciegas”, indicó. Para esas situaciones, apeló a un stock que siempre mantiene para amortiguar las subas. “Pero estaba hablando con algunos colegas y la verdad es que ha sido una suba importante “, indicó.
La harina es un 30 % de los componentes del producto”, manifestó. “Aparte vienen los subproductos como la materia grasa, aceite, azúcar. A eso tenés que agregar el costo laboral los servicios, el costo del transporte, los descartables”, mencionó.
Que el pan esté cerca de los $ 1.000 explicó Hugo, en cierta forma, no debería sorprender en una economía donde el 80 % de los productos que se venden en los supermercados superan los $ 1000.
“La gente lo va a empezar a sentir a partir de hoy. Y esto está ahí. Capaz el lunes que viene estamos hablando de $ 1.000 el kilo”, dijo Hugo. Pero sostuvo que se maneja con prudencia porque o es como una gaseosa cuyos aumentos se trasladan en forma automática desde el proveedor al cliente. “Es un producto que la gente conoce. No es como la farmacia que, ante la necesidad, vos vas y pagás”, resaltó el propietario.
“La gente está resignada. Somos un eslabón más de lo que se deben golpear contra las góndolas. Esta todo el mundo resignado para perder dos horas en una cola de combustible, resignado en el supermercado, en la farmacia. No lo entiendo pero es una cuestión de cada uno”, remarcó Hugo.
En otra panadería céntrica, ubicada sobre San Martín, casi peatonal Entre Ríos, el kilo de pan ya llegó a los $ 1.000. El encargado sostuvo que artes costaba $ 600 pero debió aumentar un 40 % el precio por la suba de los insumos: esencialmente la harina. En tanto, otros productos tuvieron una suba menor. Por ejemplo, los 100 gramos de bizcochos subieron de $ 220 a $ 320. Y algo similar sucedió con las facturas. Costaban $ 220 cada una y ahora valen $ 320.
Sebastián, el propietario de una panadería ubicada en Urdinarrain y 25 de Mayo, indicó que el kilo de pan ahora cuesta $ 1000. Hasta la semana pasada valía $ 800 pero la bolsa de harina subió en dos oportunidades en los últimos siete días. El pan negro también subió. Pasó de $ 1000 el kilo a $ 1.200. Un 20 % de aumento.