Imágenes que otros medios prefieren ocultar revelan la brutal represión policial contra jubilados que, de forma pacífica, reclaman un presente digno. Con el “Cura Paco” como emblema de la violencia ejercida, el gobierno ampara a sus fuerzas de seguridad mientras criminaliza la protesta y despliega un dispositivo de miedo y mentiras propio de un régimen cada vez más autoritario.
La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) anunció un Paro Nacional Docente para el jueves 10 de abril, acompañado de una movilización nacional el miércoles 9, en rechazo a las políticas de ajuste impulsadas por el gobierno de Javier Milei y los gobiernos provinciales que lo respaldan. Las medidas fueron definidas "en defensa de la educación pública, los derechos de las y los trabajadores de la educación y de nuestros jubilados y jubiladas", según expresaron desde el gremio.
“A eso voy —convino el conductor—. Supóngase que realmente sobre el viejo inútil, ¿por qué no se lo llevan a un lugar y lo exterminan por métodos modernos?” (Adolfo Bioy Casares, “Diario de la guerra del cerdo”)
Los jubilados afiliados al Programa de Atención Médica Integral (PAMI) deberán a partir de marzo realizar un trámite obligatorio para mantener la cobertura total de medicamentos gratuitos. Según registró DIARIOJUNIO, el formulario está disponible en la página oficial de PAMI, desde donde aseguran que el objetivo del mismo es "optimizar la asignación de recursos y asegurar que el beneficio llegue a quienes realmente lo necesitan".
"DOS MOMENTOS EN LA HISTORIA SEPARADOS POR DECADAS Y CONTINENTES, PERO UNIDOS POR EUJ MISMO SIMBOLISMO. Ambas imágenes son el retrato de un mismo enfrentamiento: el de ciudadanos que intentan detener, con su sola presencia, la imposición desmedida de gobiernos que ven la protesta como una amenaza en lugar de un derecho. Son recordatorios de que, aunque el poder se ampare en la fuerza, la resistencia persiste en la valentía de quienes no se resignan".
Cuando hace más de 2.000 años Julio César cruzó el río Rubicón, que lo separaba de las Galias, dio inicio a una guerra civil contra el cónsul Pompeyo para establecer un nuevo imperio. Al cruzarlo, sabiendo lo que eso significaba, pronunció la famosa frase: "La suerte está echada". Haciendo una analogía con lo sucedido el último miércoles, con la feroz represión contra jubilados, hinchadas de fútbol y el pueblo en general, podemos decir que, con este acto vergonzoso, tanto el presidente Milei como la ministra de Seguridad, Patricia "Malbec" Bullrich, han llegado a la orilla de la tolerancia de una sociedad harta de estar harta. Harta de ver pisoteados innumerables derechos de todo tipo y, encima, de que se den el lujo cruel de martirizar una marcha de protesta consagrada por la Constitución Nacional.
El crimen fue en Granada. Nadie sabe de forma precisa cuándo fue fusilado, ni dónde descansan sus restos, pero es seguro que el crimen fue en Granada, y que “por una calle larga… mataron a Federico cuando la luz asomaba” (1).
Desde que subieron los libertarios le han robado en plata unos $ 100.000.- per cápita y por mes a cada jubilado, la mínima, si no hubiesen cambiado los montos rondaría los $ 500.000.- Pero no solo eso, con esos ingresos disminuidos tienen que enfrentar tarifas y precios de alimentos que se han cuadruplicado. Además, si les sumamos las prestaciones quitadas y los remedios que no se proveen más, según casos, la pérdida real, siendo prudente, supera el 50% de los haberes.
UCR Activa y la Departamental Paraná del Partido Justicialista, entre otras organizaciones politicas, sociales y de Derechos Humanos, se manifestaron está mañana en contra de la represión ordenada por la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el brutal ataque hacia los jubilados por parte de la Policía Federal, Gendarmería Nacional y la Policía de la Ciudad, que intervinieron con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma para dispersar la protesta en las afueras del Congreso.
En una jornada marcada por la tensión y el caos, la Cámara de Diputados de la Nación fue escenario de un violento enfrentamiento entre los legisladores Oscar Zago y Lisandro Almirón, quienes se trenzaron a golpes en pleno recinto. Mientras tanto, en las afueras del Congreso, las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich reprimían y golpeaban a jubilados, lo que contribuyó a un clima generalizado de conflictividad.