UCR Activa y la Departamental Paraná del Partido Justicialista, entre otras organizaciones politicas, sociales y de Derechos Humanos, se manifestaron está mañana en contra de la represión ordenada por la Ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el brutal ataque hacia los jubilados por parte de la Policía Federal, Gendarmería Nacional y la Policía de la Ciudad, que intervinieron con gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma para dispersar la protesta en las afueras del Congreso.
En una jornada marcada por la tensión y el caos, la Cámara de Diputados de la Nación fue escenario de un violento enfrentamiento entre los legisladores Oscar Zago y Lisandro Almirón, quienes se trenzaron a golpes en pleno recinto. Mientras tanto, en las afueras del Congreso, las fuerzas de seguridad de Patricia Bullrich reprimían y golpeaban a jubilados, lo que contribuyó a un clima generalizado de conflictividad.
Frente a la brutalidad policial y el abandono del Estado, una respuesta inesperada e inédita surgió desde las tribunas: los hinchas de fútbol decidieron acompañar y proteger a los jubilados en sus marchas de los miércoles. En un contexto de represión sistemática y desamparo, fueron ellos quienes parieron una idea creativa y maradoniana: cuidar a los adultos mayores de los palos y los gases. Este gesto extraordinario, que ya se expande como un reguero de pólvora a otras hinchadas y ciudades, desafía la estigmatización histórica de las multitudes populares y resignifica el rol del hincha como un actor de resistencia y dignidad.
El próximo miércoles, las inmediaciones del Congreso serán escenario de una manifestación con un condimento inusual: la presencia masiva de hinchadas de fútbol unidas en un mismo reclamo. Luego de que la semana pasada simpatizantes de Chacarita se sumaran a la movilización de los jubilados tras la represión sufrida por un hombre de 75 años, casi una veintena de agrupaciones de distintos clubes anunciaron que también estarán presentes para respaldar a los adultos mayores.
Los cambios implementados en la cobertura de medicamentos de PAMI han generado un fuerte impacto en el bolsillo de los jubilados. Según un relevamiento, desde julio de 2024 a enero de 2025, los jubilados pasaron a pagar casi el doble por sus remedios.
Cuando se desarmó la estafa de las AFJP (las mismas que ahora quieren reinstalar), se constituyó un fondo con el dinero que habían retenido de los aportes de los jubilados que habían sido “privatizados”. A ese fondo se lo llamó Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de las jubilaciones, creado para garantizar que los jubilados tengan avalados sus ahorros mediante inversiones en distintas actividades económicas que sostengan en el tiempo los haberes.
En el fragor de la lucha intelectual en el ejercicio del periodismo, se había posado en un oscuro espacio de la memoria el deleznable suceso acaecido luego de la represión a los jubilados, quienes fueron apaleados y humillados cuando se manifestaron contra el veto del inescrupuloso Tartufo, que lamentablemente y tristemente ejerce la presidencia. Como si fuera un guerrero medieval, decapitó con lapidario veto un misérrimo aumento a los pobres viejos "meados", quienes, en los últimos peldaños de la escalera de la vida, tienen que sufrir estigmatización y castigos corporales por parte de "valientes" policías de todas las fuerzas de seguridad, como si ellos no tuvieran también familiares en esa condición.
En un cuento de Mario Benedetti (1), el capitán Montes quiere justificar ante su conciencia los tormentos que aplicaba a los prisioneros políticos. En medio de sus cavilaciones, llegó el temido momento en que Jorgito, su hijo de 9 años, lo interpela con una pregunta: "Pa, ¿vos torturás?" La tensión se hace insoportable, y el capitán actúa del único modo en que puede hacerlo un bruto, en un final estremecedor.
El Coronel no recibió nunca esa pensión que todas las semanas esperaba en el puerto; tampoco tuvo rendimientos por ese gallo de riña, que era la última ilusión de poder subsistir. El Coronel respondió a su esposa, cuando en la desesperación del hambre y la indiferencia de los otros frente a su miseria, respondió a su urgente pregunta acerca de qué iban a comer. Dijo, sin más trámites: ¡MIERDA! Es precisamente esa la propuesta política que el gobierno ofrece a los adultos mayores. Mierda y palos, como vimos azorados y avergonzados de la condición inhumana en la bárbara represión a los jubilados que manifestaban contra el veto presidencial al más que módico aumento de las jubilaciones y el retiro de la cobertura de medicamentos esenciales para sus endebles vidas.
El individualismo neoliberal mileísta es un instructor implacable del cinismo de un gobierno, cuyo escenario de activación es un mercado deshumanizado. Por ello, es urgente ampliar el concepto de pobreza y entenderla también como una pobreza intelectual, es decir, la negación explícita de la razón como herramienta para liberarse de formas de explotación. El hambre y la salud son las dos necesidades biológicas imprescindibles de satisfacer por parte de un Estado ausente. Por eso, la última decisión del gobierno de restar medicamentos gratuitos que el PAMI otorgaba a los jubilados, esos mendigos del siglo XXI, para que el famoso "vellocino de oro", el Equilibrio Fiscal, no se deteriore, es una demostración más de la crueldad con goce y satisfacción ante el sufrimiento ajeno.