El presidente Javier Milei comienza a pensar en futuros cambios en el gabinete, con la ley Bases como hoja de ruta. Según adelantó, un rechazo del proyecto implicaría la revisión del desempeño de todos los ministros nacionales. Sin embargo, también aseguró que si se aprueba ingresará Federico Sturzenegger al Gobierno. El economista, exdirector del BCRA durante el gobierno de Mauricio Macri y funcionario de la presidencia de Fernando De la Rúa, oficia de asesor sin cargo en la administración libertaria. Hombre de confianza del jefe de Estado, tiene en su historial reciente haber propuesto reformas que representan los pilares de la ley de Bases y el DNU 70/23.
Argentina vive hoy tiempos dramáticos, no solo por el presente, sino por el riesgo potencial de fragmentación de la República para caer por estado de necesidad en manos de los nuevos colonialismos (y viejos también) que sobrevuelan como buitres hambrientos viendo cómo las "tribus políticas" se disputan el poder no a través de las reglas democráticas creadas a través de la Constitución y sus instituciones. Hemos naturalizado de tal manera este estado de excepción que se sufre por un Decreto que ha permitido la anarquía de una economía de por sí frágil, un camino hacia el precipicio, que se justifica por el solo hecho de haber triunfado en una contienda electoral, sin importar que con el poder otorgado por esa contienda se comenzó una cacería hacia las instituciones del Estado, que el presidente dice aborrecer, pero cobijado en el mismo Estado que le dio la posibilidad de ejecutar con insensibilidad y crueldad extrema una ideología basada en el anarcocapitalismo "paleozoico", y también respaldado por ese segmento de la población que le ha secuestrado, anulado y amputado esos derechos obtenidos a través de una historia de lucha y sangre, que gime y grita libertad, cuando ella y sus beneficios son solo para los otros, poderosos de las élites y políticos inescrupulosos que constituyen la "claque" que como focas en la costa y en el parlamento aplauden y exhiben una promiscuidad política que hace que el pueblo cada vez quiera saber menos de esa, la verdadera "casta", junto a la empresaria que se lanzaron a una orgía de precios y negocios propiciados por una desregulación insana desde todo punto de vista. ¿Es posible que como ciudadanos no nos demos cuenta de lo que ello significa: la exclusión, la esclavitud de la pobreza y el exilio para franjas enormes de desesperanzados?
Cuánto lamento el no haberme equivocado cuando, tiempo atrás, expresaba en contra del aforismo de que "las sociedades no se suicidan". Solo basta observar el indignante espectáculo como el Congreso patibulario se discuten leyes, la mayoría nula de toda nulidad de acuerdo con los constitucionalistas más serios, y con el oficialismo tratando de arrancarle la legitimidad de un "mamotreto" de más de 600 proyectos de ley, precedido de un DNU que contiene decretos que atentan contra las instituciones del Estado. Todo eso a través de extorsiones, aprietes a los legisladores, a gobernadores, cámaras empresarias, sindicatos, etc.
Hay ciertas palabras que parecen estar fuera de toda sospecha; su sola mención implica la aceptación tácita de una situación real y se manifiesta como una prenda de garantía en el espacio temporal. Muchas veces se la puede utilizar como para indultar algunas omisiones o hipocresías. Estamos en un tiempo en el que el lenguaje se vuelve cómplice por la pérdida de intensidad y el sentido de los discursos y de las acciones que cubren el cinismo del poder y que ocultan las verdaderas acciones como objetivo central y casi exclusivo, distorsionando el espíritu de las letras de las leyes y de la Constitución toda. Una parte de la sociedad votante nos dice que tenemos que tener "tolerancia" con un gobierno que recién empieza. Lo cual parecería razonable, sin analizar qué distopía democrática se ha ejercido en tan poco tiempo. Resulta inútil enumerar cuánto atropello jurídico, político, social, económico se ha ejecutado en este leve lapso transcurrido desde la asunción al gobierno de Javier Milei.
En medio de la controversia generada por el interés de Javier Milei para que el magnate dueño de Tesla y X (ex Twitter), el sudafricano Elon Musk explote el litio (además de ARSAT), recurso estratégico, el Gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, arremetió contra el presidente y cuestionó el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que desató una nueva polémica en el país.
En su mensaje de fin de año, el presidente Javier Milei defendió el controvertido Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que recientemente entró en vigor, presionó a los legisladores para que aprueben la "ley ómnibus" y lanzó una advertencia apocalíptica a la oposición, sugiriendo que el 2024 será un año "duro" y amenazando con una "catástrofe social de proporciones bíblicas" si su programa de ajuste es bloqueado.
“Prohibiremos la esperanza y prohibido está nacer” (Piero: “Para el pueblo lo que es del pueblo”)
Apelando a la sorpresa del shock, el nuevo presidente argentino presentó los primeros 30 puntos del mega decreto de necesidad y urgencia con el que pretende inocular a los argentinos sin dar tiempo a respuestas políticas y avasallando la Constitución Nacional. Sin el más mínimo prurito de respeto a la división de poderes, reclamando para sí la suma del poder público dejando de lado a cualquier oposición, lo que supone una pretensión de empoderamiento de poder absoluto, como un émulo del Rey Luis XIV de Francia, que decía "El Estado soy yo".
Entre 250 y 300 personas se congregaron este miércoles por la tarde en Plaza 25 de Mayo de Concordia, convocadas por gremios, agrupaciones de izquierda y movimientos sociales. La manifestación fue la primera respuesta ciudadana ante el denominado "decretazo" y las políticas neoliberales de desregulación económica que pretenden ser impuestas vía decreto por el gobierno nacional de Javier Milei.
Juan Grabois participó de la marcha que hoy realizó la CGT frente a Tribunales en rechazo al DNU de desregulación económica del presidente Javier Milei. El dirigente social lanzó duras críticas a los dirigentes de los partidos políticos que integran Unión por la Patria (UP), ya que no estuvieron presentes en la protesta promovida por la central obrera, de la cual participaron tanto organizaciones sindicales como Camioneros como fuerzas de la izquierda, como el Polo Obrero.